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Un momento de la firma del convenio |
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Acordaron trabajar conjuntamente en los campos de la educación y la salud la Asociación de Medicina del Estrés de Córdoba (AMEC) y la Asociación Mutual Mercantil Argentina (AMMA).
Esa decisión se reflejó en los convenios de reciprocidad de servicios y de colaboración mutua en actividades educativas, que suscribieron ambas entidades sociales, el pasado 11 de febrero en la sede de la Delegación Córdoba de AMMA.
Los doctores José Raúl Moyano y Jorge Eduardo Sosa, por AMEC, y Miguel Angel Olaviaga y Daniel Sotto, por AMMA, en su carácter de presidentes y secretarios, respectivamente, se comprometieron a intercambiar entre sí los servicios sociales que brindan a sus propios afiliados.
Participaron en la ceremonia de la firma, asimismo, los doctores Pablo Cólica y Carlos García Taverna, también directivos de la AMEC, Mariano Olaviaga, titular de SEA, y Héctor Bernaus, a cargo de la Delegación Córdoba de AMMA.
En anexos complementarios, las instituciones pondrán en práctica los acuerdos específicos que acuerden, vinculados con las prestaciones que se transferirán a los afiliados de la otra entidad firmante.
El otro convenio abre la participación de la Sociedad Educativa Argentina (SEA), asociación civil nacida en el seno de AMMA, cuyo Instituto Superior de Educación y Trabajo (ISET) y el Instituto de Educación Superior para la Salud y Calidad de Vida de AMEC, ampliarán sus actividades educacionales, en los ámbitos de las Ciencias de la Salud, del Cuidado del Medio Ambiente y de la Calidad de Vida.
En todas las actividades proyectadas, tanto en la salud como en la educación, el estudio y las técnicas emocionales, destinadas a administrar el estrés, sobrevolarán con fuerte influencia, según acordaron los firmantes de los convenios.
“Vivimos con una suerte de umbral sobreelevado de estrés, que impacta en los sistemas psíquico, neurológico, endocrino e inmunológico y favorece el desarrollo de enfermedades”, opinó precisamente el doctor Cólica, vicepresidente de la AMEC, cuando lo consultó La Voz del Interior, en su investigación sobre “cómo enfrentar el estrés en un año difícil”.
De formación en Medicina clínica, el profesional explicó, en la entrevista periodística, que “la primera sensación es de inseguridad ante la pérdida de reglas preestablecidas que parecían inamovibles. Luego, temor ante la incertidumbre y depresión ante la pérdida de expectativas y pérdidas concretas: patrimoniales, de trabajo, etcétera”. Advirtiendo, enseguida, que “la situación de crisis e incertidumbre predispone a que la gente se enferme más y que recurra a paliativos que son perjudiciales. La respuesta ancestral ante el estrés es la fuga o la lucha por la supervivencia. El alcoholismo, las drogas adictivas y otras formas de adicciones son una manera de fugarse, de evitar los problemas, hacer como que no existen, aunque sea por un rato, con todas sus consecuencias posteriores”.
Sugerencias ante la incertidumbre
Junto a Mónica Pan, profesora adjunta de la cátedra de Psicología de Organizacional de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional, el doctor Cólica sugirió estrategias para afrontar la incertidumbre de 2009. Se resumen, a continuación:
- Analizar las situaciones con la mayor objetividad posible. No dejar que predomine la ira, el miedo, la angustia ni la desesperanza.
- Resguardarse potenciando los recursos de salud y procurando desplegar al máximo la creatividad, disfrutando las capacidades propias.
- Dejar de lado las apariencias y el “qué dirán”. Reducir gastos, vender o cambiar lo superfluo por cosas más útiles, buscar ayuda solidaria.
- Buscar alternativas que procuren nuevos ingresos, aunque sean consideradas como un “descenso social”.
- Construir o ampliar rápidamente las redes de apoyo social; evitar el aislamiento y la soledad. Intensificar la vida en pareja y de familia y frecuentar amigos.
- En caso de desocupados, elaborar una rutina de actividades diarias, realizar trámites en horarios que obliguen a salir de su casa.
- Planificar y ejecutar ejercicios programados de acuerdo con la edad: caminatas, gimnasia, deportes, baile.
- Realizar actividades no rutinarias como arte o capacitación e innovar en aprendizajes placenteros.
- Seguir una dieta simple y balanceada.
- Recurrir a la medicina convencional, psicoterapia, masajes, gimnasia, técnicas de relajación, meditación, respiración y otras medidas terapéuticas tradicionales o alternativas, indicadas según la necesidad de cada persona.
- Priorizar la propia vida y las relaciones afectivas; flexibilizar prejuicios y creencias; estimular la espiritualidad, la sencillez, el conocimiento y la honestidad con uno mismo, la empatía con los demás y el predominio de la compasión.
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