La comunidad vasca de Villa María adhirió ayer a la cadena humana que en el país europeo y en otros lugares del mundo reclamó un referéndum para expresarse por la independencia del País Vasco.
En plaza Centenario, durante el frío mediodía de ayer, un centenar de personas realizó un abrazo simbólico al cantero central del paseo, donde se halla el histórico retoño del roble de Gernika.
La cadena humana es una de las acciones que ha promovido el movimiento independentista "Gure Esku Dago" (Está en nuestras manos), fundado a mediados del año pasado.
En el acto de ayer, habló el titular del Centro Vasco local, Ismael Martínez de Alegría, quien explicó que la reunión en Villa María tenía el objetivo de acompañar a "muchos que están muy lejos, a 12 mil kilómetros" y destacó que "son principalmente los jóvenes los que quieren el derecho al referéndum". El presidente agregó que "lo que se pretende es el derecho a decidir, a ejercer la democracia de los pueblos".
Según se explicó, el acto frente al retoño fue además para reafirmar los lazos culturales con el País Vasco, por lo que hubo danzas y canciones típicas, así como la proyección de un vídeo de "Gure Esku Dago".
En un aparte con EL DIARIO, Martínez de Alegría desmintió que el movimiento prorreferéndum se haya reactivado con motivo de la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón: "Estas acciones estaban preparadas desde hace cinco meses", dijo, a la vez que aclaró que "Gure..." no está conformado por los partidos políticos.
En tanto, en la zona norte de la península ibérica los organizadores calcularon que más de 150.000 personas participaron de la "cadena humana" que unió a las poblaciones de Durango y Pamplona -distantes 123 kilómetros- pidiendo el referéndum.
La iniciativa de Gure Esku Dago, organizada bajo el lema "Somos una Nación, tenemos derecho a decidir, es el momento de la ciudadanía", defiende que Euskadi, Navarra y el País Vasco francés "tienen derecho a decidir su futuro como pueblo". Los organizadores resaltan que esta movilización ha conseguido algo "inédito" como reunir a "diferentes sensibilidades políticas del pueblo vasco" a favor de "dar la palabra a la ciudadanía".
En tanto, el delegado del Gobierno central en el País Vasco, Carlos Urquijo, afirmó que la cadena humana "está abocada al fracaso" y únicamente generará "frustración" entre los participantes.
En un mensaje lanzado durante su visita a la Base Militar de Araca, en Vitoria, Urquijo ha asegurado que "cualquier reclamación que tenga que ver con la independencia" será estéril. Urquijo ha remachado sus declaraciones apelando a la Constitución española, "que se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española".