Pequeñas cuestiones
El magnífico desarrollo edilicio y urbano en general de nuestra ciudad ofrece, sin duda, un aspecto alentador.
Esto se advierte en la febril edificación, en el trazado armonioso de calles, avenidas y bulevares, lo que invita a crecientes emprendimientos.
La tenencia de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) son, a su vez, vigorosos atractivos para el desarrollo de múltiples actividades intelectuales a través de crecientes carreras universitarias; en este último término, nos referimos al augural inicio de la carrera de Ciencias Médicas.
Siempre en todo paisaje como el arriba descripto, aparecen pequeños manchones que es útil y necesario señalar. Nos referimos puntualmente a la Terminal de Omnibus, en la que hemos observado un espléndido comedor de autoservicio cuyos menúes tiene precios exageradamente altos. Los servicios sanitarios adolecen, a nuestro juicio, de elemental mantenimiento de higiene, pues los corredores en que están instalados desprenden aromas ingratos al olfato. Pequeño problema que tiene fácil corrección y que la autoridad municipal debiera verificar y corregir.
El abundante tránsito de ómnibus y tráfico de pasajeros en los cuatro puntos cardinales trasladan estas imágenes, que, reiteramos son de perentoria corrección.
Manuel Cárdenas Fuentes
DNI 11.919.477
¿Dependemos de Brasil?
Dada la estrecha relación con Brasil, un repunte de su economía podría ayudar a revertir la recesión que atraviesa la Argentina.
Sin embargo, parece que a pesar del inminente Mundial y las elecciones presidenciales de octubre, la performance de Brasil para este año y el próximo no luce muy auspiciosa. El poco dinamismo de su economía responde a problemas estructurales, como un tipo de cambio poco competitivo, un abultado déficit en cuenta corriente y un margen acotado para hacer política fiscal expansiva.
Con este escenario, es probable que en el corto plazo Brasil no traccione significativamente la economía real argentina, por lo que tendremos que sortear nuestras dificultades sin contar con un incremento sustancial de la demanda externa del mayor socio del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Se sabe que la Argentina transita un escenario recesivo con aceleración de la inflación, que podría extenderse a 2015. El sector industrial está enfrentando una contracción significativa debido a las trabas a las importaciones y la caída de la demanda (interna y externa). La rama automotriz es una de las más afectadas: la devaluación de principios de año junto con el alza de impuestos internos encareció fuertemente el precio de los vehículos y la demanda de Brasil no repunta.
Pese a que el alza de precios se desaceleró con respecto al shock del primer trimestre, el piso es elevado: en torno al 2% mensual. Mientras que la inercia inflacionaria persista y el tipo de cambio oficial permanezca estable, la competitividad ganada tras la devaluación tenderá a desaparecer.
A días de comenzar el Mundial de fútbol, todas las miradas están puestas en Brasil, no sólo por la importancia del evento, sino por cómo influirá en su economía. En Argentina también hay expectativa sobre un mayor dinamismo del país vecino, ya que se concibe como una oportunidad para apuntalar la alicaída demanda externa.
Dada la estrecha relación comercial bilateral, el repunte y dinamismo de Brasil siempre es buena noticia para la economía argentina y más aún si transitamos un contexto recesivo. Vale destacar que existe una elevada correlación entre la variación del Producto Bruto Interno (PBI) de ambos países (80% entre 2007-2013), relación aun más significativa a nivel industrial (en torno al 90%).
Sin embargo, esas expectativas no se condicen con la realidad de Brasil. Si bien el año pasado aquél país mostró una mejora respecto a la débil performance de 2012 (+ 2,3% vs. + 1%, respectivamente), todavía se encuentra lejos de la bonanza 2007-2011 (+ 4,2% anual).
María Soledad Galetti
msoledadgaletti@gmail.com