Es creciente el número de estudiantes que días antes de un examen padecen dolores de cabeza o de estómago, dificultades para conciliar el sueño, sensación de opresión en el pecho, taquicardia, temblores, sudoración especialmente en manos y axilas, diarrea, mareos y visión borrosa entre otros síntomas fisiológicos.
Piensan y sienten que los van a reprobar, que van a hacer el ridículo, que su mente quedará “en blanco”, lo que realmente complica la concentración antes del examen para estudiar y durante el mismo para recordar los contenidos. El miedo a la situación de evaluación hoy es frecuente no sólo en estudiantes universitarios sino también en primarios y secundarios, pudiendo manifestarse días u horas antes del examen, o bien, durante el mismo.
Los exámenes orales generalmente resultan más atemorizantes que los escritos ya que suponen mayor exposición.
El miedo es una emoción que está genéticamente programada para la protección frente a un peligro, esto significa que el miedo prepara al individuo para afrontar aquello que considera peligroso (por ejemplo un examen) y es adaptativo siempre que se mantenga en una intensidad tolerable. Cuando es muy intenso bloquea las capacidades del individuo y aparecen conductas de evitación de la situación de peligro: cualquier tarea parece más urgente que estudiar, decide no presentarse al examen, o bien, va pero no entra a rendir.
Los aspectos que intervienen en la aparición del miedo a los exámenes son muy diversos y, en la mayoría de los casos, se observa una colaboración de aspectos personales, relacionales y socioculturales.
Entre los factores personales, se puede señalar el tiempo y la calidad del estudio que se realizó, la historia académica y las experiencias del individuo en situaciones de evaluación; las creencias acerca de las propias capacidades y recursos para afrontar el examen, las expectativas que tiene respecto a su rendimiento en el mismo. Más allá de las particularidades de cada estudiante, el punto en común es la tendencia a considerar o sobredimensionar lo negativo.
En cuanto a los aspectos relacionales, hay que considerar cómo se establece esa interacción entre el alumno y el docente en el contexto evaluativo. Muchas veces el miedo aparece sólo frente a determinadas materias, a ciertos docentes que suelen asumir actitudes descalificantes frente al error del alumno. Una mirada, un gesto o simplemente el tono de voz son mensajes que circulan entre los participantes y establecen un clima de mayor o menor tensión, y de eso depende la intensidad del miedo que pueda sentir el individuo.
Es importante el hecho de que vivimos en una sociedad altamente competitiva, donde la equivocación por muchos es vivida como fracaso, y “no se debe fracasar”, hay que poder lograr los objetivos. Estos valores y creencias colaboran para que un examen se convierta en una situación “peligrosa” para algunas personas.
En el tratamiento del miedo a los exámenes se amplifican los recursos del individuo para afrontar la situación y manejar la ansiedad mediante diferentes técnicas. Se trata de un problema que en la actualidad puede tratarse con resultados muy satisfactorios.
Gisela Hinny
Lic. en Psicología MP 3788
Mariela Plenasio
Lic. en Psicología MP 2865
Fundación para el Progreso de la Neurología
Incorporan test para diagnosticar trastornos del espectro autista
El Instituto de Neurociencias del Desarrollo Integral (INEDI) incorporó el test ADOS-2, la prueba de referencia para la evaluación y el diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA).
Profesionales del INEDI fueron capacitados y cuentan con la correspondiente certificación para su aplicación. Además se adquirieron las herramientas y materiales que forman parte del test.
El ADOS es un completo sistema estandarizado de observación de la conducta de sujetos con sospecha de trastornos de espectro autista.
Las actividades estructuradas de la prueba y los materiales proporcionados ofrecen contextos estandarizados en los que se observan las interacciones sociales, la comunicación y otras conductas relevantes para este diagnóstico.
Estructurado en cuatro módulos, cada sujeto es evaluado sólo con el módulo adecuado a su edad y nivel de comunicación verbal.
El ADOS se puede aplicar a sujetos de muy diferentes edades (desde niños a adultos), niveles de desarrollo y comunicación verbal (desde aquellos sin habla a aquellos con un habla fluida).
Al igual que su predecesor, el ADOS-2 presenta diversas actividades que provocan conductas directamente relacionadas con un diagnóstico de TEA. Mediante la observación y la codificación de estos comportamientos, el usuario de prueba puede obtener información que informa el diagnóstico, la planificación del tratamiento y colocación educativa.
Centro Integral Terapéutico de TEA
INEDI