Hay veces en las que durante los malos momentos del camino te aparecen personas que te hacen más fácil lo difícil, ayudándote, atendiéndote y calmándote cuando más lo necesitás.
Uno de esos malos momentos me tocó atravesar cuando mi hijo Federico ingresó al Hospital Pasteur, gravemente herido, el 21 de abril de este año.
Las palabras no me alcanzan para agradecer el apoyo y el comportamiento que tuvieron conmigo médicos y enfermeros de la sala de terapia intensiva.
El hospital es un lugar triste donde esperás que tu ser querido salga adelante o se quede en el camino. El 13 de mayo a las 23 mi hijo me dejó para siempre y allí estuvieron estas personas haciendo que mi despedida fuera lo menos dolorosa posible, brindándome un abrazo desde lo más profundo de sus corazones. Muchas gracias Hospital Pasteur.
Verónica Lanzillotta
DNI: 20.223.763