Familiares de víctimas del accionar de la Policía provincial protestaron ayer por las calles del centro de la ciudad de Córdoba en contra de las políticas represivas del Gobierno de José Manuel de la Sota y a favor de la derogación del Código de Faltas.
“Lamentamos que el jefe de Policía (Julio César Suárez) avale lo que hacen sus agentes en las comisarías y en las cárceles. Reclamamos que la Justicia, que está dormida, reaccione frente a esto”, aseguró Lorena Barraza, hermana de Ezequiel Barraza (20), supuesta víctima de un caso de “gatillo fácil”.
La joven se quejó de que “la Justicia no exista en Córdoba para los pobres o para los chicos que tienen problemas con la droga, pese a que son los mismos policías los que se las venden”.
“Pedimos la derogación del Código de Faltas, porque discrimina a los chicos por portación de rostro, por su forma de vestir o hasta por la forma de hablar o por dónde viven. Yo misma, para conseguir un trabajo, no tuve que decir que vivo en Villa Boedo, porque te discriminan. Tuve que dar la dirección de mi abuela”, dijo Barraza.
Los familiares de víctimas de la Policía de la Provincia, además de militantes sociales, de partidos de izquierda y del Frente Organizado contra el Código de Faltas (FOCOF), se reunieron en la esquina de las avenidas Colón y General Paz, desde donde marcharon por las calles céntricas “contra las políticas represivas de De la Sota”.
“Queda claro que Córdoba está a la vanguardia de la persecución a través de un código nefasto y fascista como el Código de Faltas. Al Gobierno de De la Sota lo caracteriza la caza de bruja y la criminalización de todo tipo de protesta”, aseveró la exlegisladora Liliana Olivero (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), que también participó de la protesta.
Olivero insistió en que “las muertes de jóvenes en las comisarías por supuestos suicidios son, en realidad, abusos policiales explícitos. Hay que acompañar a las familias que, por el gatillo fácil, han perdido a sus seres queridos, y hay que reclamar la derogación definitiva del Código de Faltas y el fin de la represión”.
El caso más reciente se produjo el lunes pasado al mediodía, cuando Cristian Guevara (18) fue detenido, presuntamente por un arrebato, y fue trasladado a la Comisaría 19ª, de barrio Los Naranjos, y horas después apareció muerto en una de las celdas, supuestamente ahorcado con una manta, según la Policía, pero los familiares responsabilizan a los agentes del establecimiento.
Los organizadores de la protesta concretada cuestionan el Código de Faltas porque prevé, entre otras disposiciones, la aprehensión de una persona bajo la figura del supuesto merodeo en la vía pública o por la simple negativa a identificarse ante un policía.
También apuntan contra las normas que permiten que una persona sea sancionada (con varios días de arresto), en virtud de una presunta contravención, por un comisario, en vez de por un juez, y sin haber contado con la defensa de un abogado.