La Junta Vecinal de barrio Aguaclara denunció que la exinmobiliaria Salusso Bienes Raíces, que se encargó de comercializar el citado loteo, “ha desaparecido de la ciudad, cerró sus puertas al público y de esta manera se esfumó José María Salusso, agotando la poca paciencia que nos quedaba”.
Gisele Morre, Gisela Gil y Lucas Ateca (presidente, secretaria y tesorero de la comisión) contaron a EL DIARIO que previo a esta situación era la arquitecta Norma Franchino “la única que nos brindaba alguna poca información respecto de los avances o retrocesos (causados por la burocracia según ellos)” sobre el plan, pero en febrero pasado “nos informó que se desvinculó por completo de la empresa y entonces ya no tuvimos a nadie que nos brinde alguna respuesta”.
Los vecinos consideraron que han sido estafados y desmintieron declaraciones del empresario publicadas por EL DIARIO el 21 de agosto del año pasado. “No donó los nomencladores, ni enarenó las calles y mucho menos pintó la pileta y los decks, como dijo en aquella nota”, aclararon. “Todo lo estamos haciendo nosotros a pulmón, con lo que implica juntar el dinero, contratar al personal y supervisar la realización de obras”, remarcaron.
Para ellos, Salusso “es un gran mentiroso y manipulador mediático, no tiene vergüenza y no le da la cara para seguir mintiéndonos”.
También advirtieron que enfrentan un nuevo invierno sin la muchas veces prometida obra de gas. “Lo que realmente nos molesta es que pagamos por la obra y no se concretó. De la escritura ni hablar, el expediente no entró en su etapa final (Catastro), según pudimos saber al contactarnos con el ingeniero que lleva el trámite en Córdoba, quien nos comunicó que hace más de un mes espera una firma certificada de José Salusso (que es lo único que falta) y no ha tenido noticias de él, lo que deja al descubierto que no es la burocracia la que traba los trámites, sino su inoperancia y falta de respeto a todos nosotros, adquirentes de buena fe y pagadores en tiempo y forma de nuestros lotes”, expresaron.
Asimismo, apuntaron que Acción Urbana SA “es una sociedad fantasma, tiene domicilio en calle Rondeau 373 de Córdoba, sin embargo, cuando vas y tocás el timbre te dicen que ahí no existe ninguna sociedad, pero sí sabemos que es una oficina de comercialización de José María Antonio Salusso. Es decir, no tenemos adónde hacer un reclamo. Incluso hasta el año pasado la Clave Unica de Identificación Tributaria (CUIT) de la sociedad estaba inactiva, fue una resolución de AFIP como apercibimiento por incumplimiento de sus obligaciones impositivas”.
Los unió la creciente
La Junta Vecinal (así la denominan en la Coordinación de Centros Vecinales de la Municipalidad) aguarda que el Concejo Deliberante le otorgue el aval para comenzar a funcionar como centro vecinal, en el marco de la renovación de autoridades de estas organizaciones.
Morre, Gil y Ateca resaltaron que el municipio “nos brindó mucha información y asistencia a través de Marina Luna” y dado que prácticamente ninguno tenía efectuado el cambio de domicilio, requisito indispensable para ser parte del centro, “nos dieron una prórroga para hacerlo, gesto que le agradecemos”.
La comisión se fue generando en el contexto de la histórica creciente del río Ctalamochita, en febrero pasado. “Nos encontramos ante una serie de innumerables necesidades, como calles rotas, conexiones de agua hundidas, luces afectadas, etcétera, y todos íbamos a reclamar a la Municipalidad de manera desorganizada, por lo que se nos ocurrió unificar criterios y reclamos”, explicaron a EL DIARIO.
“Esta era una necesidad que veníamos reconociendo, la falta de un ente que nos represente a todos, que unifique reclamos, criterios, ideas, iniciativas y que hable por todos, así que le dimos trámite, nos organizamos y formamos una comisión provisoria que fue la que trabajó en la formación del centro vecinal”, describieron. Los miembros son el resultado de una elección democrática de vecinos.
Ante lo que llamaron abandono por parte de Acción Urbana SA, integrada por José María Antonio Salusso, Romina Pérez y Florian D’Agliano, establecieron diversos objetivos y en principio los ciudadanos hicieron un aporte de 200 pesos y mensualmente de 100 pesos con los que lograron nomencladores (hoy se encuentran colocados los postes y en 10 días estarán las chapas indicativas de las calles), arreglaron el pórtico de entrada al barrio, enarenaron calles y se está reestructurando y armando una rotonda y una plazoleta, en lo que tuvo que ver donaciones hechas por vecinos.
Invitan a sumarse
La comisión invitó a los demás habitantes a participar de este “trabajo solidario, mancomunado y desinteresados de todos”.