La Miró es un proyecto sociocultural que empezó en el año 2003, cuando el teléfono fijo era bastante masivo, no todo el mundo tenía e-mail, existía el Messenger, que era muy útil y económico, pero casi nadie lo utilizaba, y algunos usábamos el Motorola Tango, más conocido como "el ladrillo"... Claro que no tenía jueguitos ni mensajes; es más, la agenda tenía para 10 números, pero sólo números, no se podían poner los nombres.
Ese fue el primero que tuve, fue en 2002; en ese entonces había un poco de prejuicio con respecto al uso del móvil porque era un artilugio un poco caro, pero me servía para trabajar.
La Miró surge en ese contexto tecnológico como un desafío; yo trabajaba en radio, había pasado por el conservatorio, estudiaba artes, hacia teatro, tenía contacto con todos los directivos de los medios de comunicación villamarienses y en Villa María no existía un medio de comunicación que difundiera toda la cultura local y aposté, entonces, con varios de ellos, al desarrollo y continuidad del proyecto, el cual todos afirmaban que era un locura e imposible de llevar a cabo. Pero como soy una cabrona por naturaleza, estuve meses trabajando hasta que le dimos luz a La Miró.
En bicicleta
Salía con mi bici playera, le contaba a todo el mundo de qué se trataba el proyecto; a todos les encantaba y fue así entonces como los 20 de cada mes salía a recorrer todos los centros culturales de la cuidad, buscaba la información que me daban en papelitos escritos a mano o la escribía yo y luego la teníamos que pasar a la computadora...
Yo nunca tuve computadora hasta 2006, pero como los cybers eran muy comunes, recurría habitualmente a ellos y trabajaba allí, pasaba mucho tiempo ahí y hasta en algún momento tuvimos los cybers marcados en el mapa de la ciudad, hasta que estos dejaron de ser tan importantes y fueron desapareciendo.
Comunicación
Hace 10 años el objetivo general consistió en crear una guía de cultura, de pequeño formato y periodicidad mensual, que logre una comunicación clara entre quienes producen cultura y quienes la consumen, acercándola al público en general. Para esto se buscó un equipo de profesionales, diseñador gráfico, redactor, desarrolladores web, una imprenta ágil y dinámica que pudiera en dos días realizar una impresión y armado de alta calidad, siempre priorizando la excelencia del producto, y se cumplió.
También quisimos generar un espacio de comunicación abierto y gratuito donde los artistas e instituciones dedicados a producir movimientos culturales puedan publicar los datos sobre los eventos que organicen sin necesidad de desembolsar dinero. Y lo cumplimos.
Creamos una página en Internet para que allí pudiéramos actualizar la información de las producciones artístico-culturales todas las semanas y de esa forma poder difundir también espectáculos, que se organizan con escasa antelación, concursos ampliamente desarrollados en la zona, concursos nacionales o internacionales también, un blog donde los artistas pudiesen crear y mostrar sus producciones artísticas, además de un amplio archivo de imágenes de todos los artistas que formaron parte de nuestro arte de tapa, que son casi 100, aumentando el número de lectores mediante el formato digital. Más adelante también incorporamos otros medios de difusión como Twitter, Facebook, Google maps, Tumblr, Pinterest, Vimeo, no sólo que lo cumplimos, sino que por estos medios los seguiremos manteniendo informados.
Fomentamos la difusión del Patrimonio Histórico-Cultural de la ciudad de Villa María, entre sus habitantes y los turistas, y en 2008 ampliamos la tirada hasta llegar a cubrir la demanda requerida.
Prioridad
Fueron 10 años pensando simplemente en fomentar el desarrollo de la cultura local sin un objetivo primordial más que poder pagar la impresión todos los meses; hemos resignado en esta ardua y placentera tarea muchos fines de semanas porque nuestro principal objetivo también fue salir siempre los primeros días de cada mes y durante los fines de semana trabajamos sin parar para poder ganarle una carrera al tiempo y lo hemos cumplido.
Quisimos demostrarle a Villa María que la ciudad necesitaba un medio de comunicación que aunara todas estas actividades, que realmente existían, y pude cumplir ése que fue mi mayor sueño gracias a todos nuestros auspiciantes que siempre confiaron ciegamente en el proyecto, algunos sin saber verdaderamente si funcionaba y otros comprobando en el camino que todo lo que yo expresaba que pasaba con la revista, tuvieron la suerte de verlo ante sus ojos, como los son nuestros coleccionistas de La Miró.
A lo largo de estos 10 años hemos generado, cooperado y realizado muchos eventos, muestras de arte, conciertos, en más de una oportunidad expusimos en espacios no convencionales las tapas originales para se pudieran apreciar en su formato original, hemos hecho happening, en espacios cerrados, intervenciones callejeras, producimos postales, calendarios en formatos no originales con nuestros artistas locales, realizamos el taller de “Letras Ilustradas”, un espacio de creación literaria que funciona los jueves y sábados y continuara funcionando en El Shamadi, y tantas cosas más que sería muy larga la enumeración de todas.
Interrupción
Hoy, debido a la gran crisis que atraviesa nuestro país, nos vemos imposibilitados de poder sacarla en junio y no es que no hayamos trabajado para eso, como todos los años, hace ya dos meses que venimos haciéndolo, pero no hemos logrado el apoyo que necesitamos para poder sacarla y no porque no nos conozcan o no guste el producto, simplemente porque todos atravesamos una difícil situación económica.
Si tengo que hacer un balance personal, en este tiempo aprendí y enseñé mucho. Conocí muchos artistas talentosísimos, jóvenes y no tan jóvenes, me quedo con muchos amigos nuevos que me trajo el andar en la calle mostrando el proyecto e intercambiando conceptos culturales y también los halagos y reconocimientos que recibí de mucha gente que entendió éste, nuestro objetivo primordial.
Sepan que estoy dispuesta a continuar con el proyecto, si no es ahora, más adelante, si no es con la guía cultural, con otros productos nuevos, innovadores como siempre, porque somos un equipo de creativos. La Miró está disponible si alguien quisiese comprarla, estoy dispuesta a cooperar porque ganas de trabajar en esto nunca me faltaron y he logrado una estructura con un equipo de personas hermosas, que, ante todo, son mis amigos, pero tienen una capacidad de trabajo igual o mayor a la mía y eso me hace muy feliz porque, básicamente, ellos también entendieron la locura de este proyecto y decidieron ponerle cuerpo y alma junto conmigo.
Sólo me queda decir gracias a mis amigos, a todos los artistas que en algún momento formaron parte, de una u otra manera, y se involucraron con el proyecto y a todos nuestros auspiciantes, por el aguante, el entendimiento y el acompañamiento durante estos 10 años, porque sin ellos, ¡La Miró nunca hubiese visto la luz!
Alejandra “Tersha” Alesso
La Miró