Conocer a una persona en un boliche ya no es lo que era. Si bien todavía quedan cultores de la vieja escuela, actualmente el arte de recorrer el lugar, sentir el flechazo, caminar y ubicarse estratégicamente para que el acercamiento parezca casual y la aplicación de las técnicas de convencimiento vía “chamuyo” es un despliegue de herramientas que están en peligro de extinción. Hoy, al boliche, la mayoría va con todo cocinado o, de no ser así, la rutina nocturna se reduce a “flechazo más averiguar el nombre más agregar a Facebook”.
Rocío Cuevas, socióloga villamariense, explica sobre este fenómeno que las redes sociales “han ayudado a personas con menos habilidades sociales a poder anticiparse con qué se van a encontrar” de parte de la persona que nos interesa en un boliche.
Encontrar en Facebook a la persona en cuestión abre las puertas al comienzo de un trabajo de hormiga para lograr conocer lo que más se pueda de ella y prepararse así para el encare. “Han surgido términos nuevos como, por ejemplo, stalkear, que es un termino que viene del ingles stalking, que significa espiar a una persona. Esto significa que mediante el anonimato se averiguan cosas como la forma de vida de esa persona, a qué colegio va, si está con alguien o cuántos años tiene”, repasa Cuevas.
De esta forma, “esto hace que si uno ve a alguien en un boliche solo tenga que averiguar el nombre para la próxima vez ir con una información previa más precisa”.
Pero, sucede también, que habitualmente las primeras palabras que se intercambian son escritas y vía chat porque, la socióloga considera, “los lugares de encuentro fueron mutando, ya no son públicos, sino virtuales”. Así, prácticamente desde el anonimato, se entabla una conversación previo al primer encuentro.
Esta tendencia se percibe, quizás, mucho más en los jóvenes por ser quienes pasan más tiempo con el teléfono en la mano o frente a la computadora. Y, lógicamente, hay una generación que “nació” bajo estos mantos virtuales, por lo que “esta forma de actuar y relacionarse va camino a profundizarse aún más”, opina la especialista.
Las nuevas tecnologías y las redes sociales han cambiando costumbres, torcido esquemas predeterminados y se han entrometido en el andar cotidiano. Pero, también, permiten elegir cómo uno quiere mostrarse mediante la información que hace pública por esas vías.
El arte de conquistar mutó, pero nunca lo hará tan definitivamente como para extinguir a la raza de quienes disfrutan de acercarse cara a cara a alguien que no conocen para iniciar una relación.
Pedro, 20 años
“Facebook es de gran ayuda, pero puede perjudicar también”
“No cambiaron las formas de relacionarse, lo que cambió es la gente. Personalmente, si me gusta alguien en un boliche, prefiero tener algún tipo de información extra de esa persona antes de acercarme por primera vez. Y es incluso mejor y más fácil si le puedo hacer saber que me gusta por otro medio antes de hacerlo cara a cara. Facebook es de gran ayuda para eso, pero puede perjudicar bastante también”.
Carla, 23 años
“No es ni bueno ni malo, sólo cambiaron las formas”
“No es ni bueno ni malo, sólo cambiaron las formas y es apenas una parte del juego. Yo averiguo lo más que puedo de la persona que me interesa por Facebook, pero no creo que haya desaparecido totalmente ese primer encuentro espontáneo en un boliche. De todas formas, es evidente que muchas personas en el boliche no te dan cabida porque están esperando a alguien con quien ya sabían que iban a encontrarse”.
Juan, 24 años
“Sigue siendo importante dar una buena impresión”
“Si bien las redes sociales hacen que cualquier persona pueda llegar a tener una primera impresión de otra, de todas maneras uno no conoce a alguien hasta que la ve personalmente, porque Facebook jamás remplazará gestos y reacciones.
Sigo siendo de los que prefiere encarar en el boliche porque soy impulsivo, usar las redes sociales como una ayuda, pero siempre priorizando los encuentros personales.
Disminuyeron mucho los primeros contactos cara a cara, antes era la única forma de conocer a alguien, pero sigue siendo fundamental dar una buena primera impresión fuera del mundo virtual para que se interesen en vos.
Ahora nadie se arriesga a un no como antes, por eso en el boliche casi todos llegan con todo más o menos listo para concretar”.