Unas 300 almas le dieron vida desde sus butacas al concierto del grupo de jazz rock pionero del género en nuestro país.
"Alma y Vida" se brindó generosamente en el Teatro Verdi en su recital dado en el marco del ciclo “Villa María junto a los consagrados”, organizado por distintas áreas del municipio.
Cabe aclarar que a la presentación no se accedió gratuitamente, ya que había que oblar una entrada de entre 50 pesos y 80 pesos por unidad.
Antes estuvo en las tablas el conjunto local Nonabonda, quien no desentonó en la muestra de alta calidad ofrecida por los veteranísimos músicos visitantes, caracterizados por la voz de Carlos Mellino, quien entró en varias ocasiones, matizadas por sorprendentes instrumentales.
Las canciones, sin embargo, no parecen haber perdido el lustre que le dieron hace cuarenta años y hoy pueden tranquilamente mantener sus pretensiones de himnos del arte contemporáneo nacional, tal el caso de "Del gemido de un gorrión".
Tras largos años de dispersión, Alma y Vida volvió hace una década con la voz de Mellino, imprescindible, ya que la instrumentación está aún puesta justamente para su voz y su personal estilo de interpretar las composiciones.