“Los resultados del blindaje y el megacanje fueron contundentes. Antes de embarcarse en estas operaciones hacia finales del año 2000, la deuda externa del país ascendía a los 80.000 millones de dólares. Con posterioridad al megacanje, la deuda externa aumentaría hasta los 88.000 millones de dólares y para el año 2003 alcanzaría la friolera suma de 102.000 millones de dólares.
La deuda externa impagable se renegoció una y otra vez con un único resultado: el crecimiento exponencial de los montos adeudados. Mientras tanto, el papel del Estado se reducía hasta convertirse casi exclusivamente en una máquina de pagar los intereses y capital adeudado, sin que hubiera espacio para ninguna otra política económica”.
Así se refirió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su sitio de Internet a lo que consideró “la estafa financiera más grande en la historia argentina”.
Con un claro análisis sobre el endeudamiento externo para sostener la convertibilidad, la jefa de Estado realizó un interesante informe sobre el alto precio que nos toca pagar a los argentinos por la voracidad de la “ingeniería financiera”.
“En diciembre de 2001 estalló la crisis más grande de nuestra historia, dejando en claro que lógica del sobreendeudamiento neoliberal sólo trajo a nuestro pueblo miseria, desempleo, desindustrialización, estancamiento y exclusión social”, concluyó la presidenta.
El Gobierno tiene un fuerte desafío para enfrentar con los “fondos buitre”. Y lo enfrentará, sin duda.