En la semana próxima pasada estas palabras se escucharon en todos los ámbitos de nuestra sociedad: en el café, en la oficina, en el consultorio, en el estudio, en los negocios. Se ubicaron en el ranking de las más pronunciadas. En las noticias, en la radio y hasta en los chats eran mencionadas. Y aunque causan un poco de temor y desconcierto la realidad es que muy pocos conocen su real significado.
¿Qué son los fondos buitre?
El nombre es una metáfora y se denomina de ese modo a un fondo de capital que invierte en títulos públicos de países o corporaciones que atraviesan una situación difícil o cercana a la quiebra. En definitiva son sociedades que compran títulos de deudas de países en crisis o empresas con problemas financieros a precios muy bajos - que en algunos casos es el 10% ó 20% de su valor nominal- e intentan venderlos a un precio considerablemente más elevado del que pagaron por ello, obteniendo una ganancia muy superior a la invertida.
Los operadores de mercado prefieren evitar esta denominación con denotación negativa y en su lugar los llaman distressed debt o “fondo de situaciones especiales” (special situations funds, en inglés). Sea cual sea la denominación que le demos, la realidad es que son fondos especuladores que se aprovechan de la fragilidad que tiene un estado imposibilitado de pagar una deuda determinada, compra a precios módicos dicha deuda, con el propósito de entablar cuando la situación mejore en dicho país, procedimientos judiciales para obtener sumas considerablemente mayores a la deuda original.
En el sistema financiero internacional cuando un país tiene problemas económicos y se presume que la situación tiende a desmejorar, sus bonos y emisiones de deuda pierden valor en el mercado, generando la necesidad de los bonistas o tenedores de aquellos títulos a desprenderse de ellos a bajo precio.
Precisamente en ese momento aparecen estos fondos buitre comprando aquellos títulos. Esta situación se dio en América Latina a partir de la crisis financiera de fines de los 90 y particularmente con el default argentino de 2001, pero también ocurrió en muchos países europeos tales como España y Grecia.
Hoy vuelve a ser noticia en nuestro país a causa del fallo emitido por el juez Thomas Griesa y por la negativa de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos a tomar el caso.
Mercedes Palazzi
Abogada
MP 4-603