A requerimiento del fiscal Francisco Márquez, y como consecuencia de un acuerdo previo con la Querella y la Defensa, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una condena de 18 años de prisión efectiva al joven craikense que, en un feroz ataque de violencia por celos y despecho, asesinó a puñaladas a quien había sido su novia.
Javier Ramón Chiosso (25) fue declarado autor responsable de “homicidio simple” por el sangriento episodio en el que dio muerte a María Elisa Inamorato (28), una bella muchacha con la que había mantenido una relación sentimental por espacio de tres años y hasta algunas semanas antes del trágico final.
El juicio oral y público se realizó bajo la modalidad de trámite abreviado porque el acusado confesó lisa y llanamente su responsabilidad penal en el hecho acaecido poco antes de la medianoche del sábado 24 de noviembre de 2012 en el interior del departamento que Inamorato ocupaba en la ciudad de Oliva.
“Quisiera pedir perdón”
Tras la lectura de la pieza acusatoria, y al momento de prestar declaración, Chiosso dijo estar arrepentido por lo que había hecho y que no quiso matar a su expareja.
“Quisiera pedir perdón”, balbuceó con voz casi inaudible, y agregó: “Perdón a la familia de ella y a mi familia. No lo quise hacer. No soy quién para quitarle la vida a nadie”.
Al tratar de justificar su accionar, el joven nacido en James Craik el 3 de enero de 1989 y apodado “Chegalo”, explicó: “Fueron segundos… y perdí la cabeza”. Dio a entender que había sido María Elisa quien tomó la cuchilla con la que luego fue herida mortalmente, pero que él se la quitó con su mano derecha, por lo que sufrió una herida en la palma que le cortó varios tendones.
“Me hago responsable y estoy arrepentido de todo”, concluyó Chiosso sobre el final de su confesión.
Cabe señalar que, además del homicidio, el joven craikense llegó a juicio acusado de “lesiones leves”, “violación de domicilio” y “amenaza”, por otros dos sucesos ocurridos durante el transcurso de 2012 y relacionados con los celos enfermizos que lo violentaban.
En efecto, en enero de aquel año, en una fecha no precisada con exactitud, agredió físicamente a Inamorato, aplicándole un golpe de puño en el rostro, un pisotón y un palazo en una pierna, mientras que el mes de septiembre ingresó sin autorización a la oficina donde trabajaba su novia y la amenazó diciéndole “si me dejás ya vas a ver lo que le va a pasar a tu padre y a tus hermanas”.
Los alegatos
Al momento de formular sus conclusiones, el fiscal Márquez dijo que María Elisa había sido “víctima de una escalada de violencia” que terminó costándole la vida.
Para graficar la personalidad de Chiosso, el acusador público aludió al testimonio de María Celeste Reale, una novia que aquel había tenido antes de conocer a Inamorato, quien relató haber sido golpeada en varias oportunidades y que para “sacárselo de encima” (es decir, terminar la relación) le llevó “casi un año”.
“Chiosso es un violento celoso… ese es su patrón de conducta”, enfatizó Márquez, y agregó que “el disparador que lo llevó a terminar con la vida de María Elisa fue la nueva relación que ella había iniciado unas semanas antes del hecho con el policía José Antonio Devalis”.
Asimismo, el titular del Ministerio Público refirió una conversación que había mantenido el acusado con un amigo poco después del hecho (cuya declaración obra en el expediente), en la que le dijo “o la mataba a ella o me mataba yo”.
En otro pasaje de su alegato, y al referirse a la calificación legal del hecho, el fiscal de la Cámara del Crimen dijo que “se trató de un homicidio simple, pero fue un homicidio grave”.
Por su parte, el abogado olivense Mariano Ludueña (representó al padre de la víctima, Luis Alberto Inamorato, quien se constituyó en la causa como querellante particular), aseguró que Chiosso “se ensañó para matarla”, a tal punto que “la apuñaló por la espalda”.
“Esa noche, Elisa confió una vez más en él, le abrió la puerta de su casa… y así le fue. La apuñaló hasta que el cuchillo se dobló; no se compadeció de ella y se fue”, agregó el letrado con la voz entrecortada por la emoción.
En un alegato que duró apenas ocho minutos, el acusador privado dijo que la muerte de Inamorato le dolió en el alma “porque ella era mi amiga”.
Finalmente se expresó la abogada craikense María Cristina Valles, defensora de Chiosso, quien dijo que había aceptado un juicio abreviado por respeto a su cliente, pero que ella no estaba de acuerdo porque había muchas cosas que hubiese querido debatir en este proceso si se sustanciaba de manera regular.
En su exposición, aludió a supuestos “engaños, provocaciones, burlas, actos de desprecio y humillaciones” que habría padecido Chiosso por parte de Inamorato, aunque dijo que no podía explayarse más al respecto porque el propio acusado quiso confesar el hecho y evitar que aquellas circunstancias se ventilaran en el debate.
Algunos insultos
Ni bien concluyó el juicio, algunos familiares de Inamorato profirieron insultos contra el confeso homicida e incluso una joven mujer la emprendió contra la defensora, a la que le gritó “¡y vos, negra de mierda, no vas a tener más vida!”.
Momentos antes, el padre de María Elisa definió a Chiosso como “una lacra humana que merece estar preso”. En diálogo con la prensa, dijo que la muerte de su hija les hizo “mucho daño” a él y a su familia, y que su vida “se dividió en dos” porque hay “un antes y un después de este crimen”.
Finalmente, Luis Inamorato se refirió a las expresiones de Chiosso al momento de declarar y de manera enfática señaló: “¡No lo perdono!”.
La condicional
Con buena conducta (algo que hasta el momento no tiene, ya que fue sancionado dos veces en la cárcel de barrio Belgrano), Chiosso podrá solicitar el beneficio de la “libertad condicional” cuando cumpla las dos terceras partes de la condena impuesta en la víspera, o sea a fines de noviembre del año 2024.
Cabe señalar que la legislación argentina contempla esa posibilidad de excarcelación cuando se trata de convictos primarios (es decir, aquellos que reciben su primera condena), y el homicida de Inamorato no registra antecedentes penales de ningún tipo.
De todos modos, para que proceda la condicional, Chiosso no sólo deberá observar buena conducta durante todo el período de detención, sino que -además- tendrá que sortear con éxito una pericia psicológica que acredite fehacientemente que está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Fotos:
1) Víctima y victimario. María Elisa Inamorato tenía 28 años cuando fue apuñalada en su casa por Javier Ramón Chiosso, quien había sido su novio hasta pocas semanas antes del hecho
2) La sala de audiencias de la Cámara del Crimen local estuvo colmada por familiares y amigos de Inamorato y Chiosso
3) Siete agentes del Servicio Penitenciario y cuatro efectivos policiales custodiaron la seguridad de la sala de audiencias. Afortunadamente no hubo desbordes y sólo se escucharon insultos
3) María Cristina Valles dijo que no estaba de acuerdo conque el juicio fuera abreviado, porque había muchas cuestiones que le hubiera gustado debatir
4) El abogado Mariano Ludueña junto a Luis Alberto Inamorato. Consultado por un periodista, se refirió a la confesión de Chiosso y dijo: “¡No lo perdono!”
5) Chiosso es esposado por personal de la cárcel de Villa María, donde pasará los próximos años de su vida. Si le conceden la “libertad condicional” podrá salir en noviembre de 2024, para entonces
tendrá 35 años de edad
6) Francisco Márquez, fiscal de la Cámara del Crimen local