Durante 19 años vivió en condiciones habitacionales de las más precarias. Ahora dio vuelta la página y comenzó una nueva etapa, dejando atrás “momentos de los más feos pero también muchas situaciones lindas” con “su” gente, los vecinos del gabín de barrio Industrial.
Hablamos de Sofía Heredia, una señora de 60 años que desde hace dos semanas reside en su propia vivienda, otorgada por el Estado municipal.
Junto a su sobrino Hernán Gabriel (19), la dama recibió a EL DIARIO en su nuevo techo, en barrio Industrial, a dos cuadras del emblemático y deteriorado inmueble situado al costado de las vías del ferrocarril, donde ella pasó sus días durante casi dos décadas.
Contó ayer que la indiferencia social fue casi absoluta en ese tiempo. Casi nadie los visitaba. Los funcionarios lo hacían sólo cuando se acercaban las elecciones, los medios de comunicación también estuvieron ausentes. El “click” fue la llegada de un grupo de jóvenes que impulsó el Movimiento Popular El Gabín y que puso en el tapete de la luz pública la necesidad de una vivienda digna para estos ciudadanos. Párrafo aparte merece la Cruz Roja, “que nos vino a ver muchas veces”.
Sofía no recuerda el día en que llegó con su familia al gabín. “Sé que era junio”, indicó. Gobernaba Miguel Veglia. “Nunca nos quisieron sacar del gabín”, aclaró. Estuvieron “años peleando por un caño en el baño, ya que teníamos uno solo para todos”. Hoy existen tres sanitarios, uno en la planta alta y dos abajo.
La entrevistada dijo que han pasado momentos lindos en el lugar. Como contracara está el frío de los inviernos, que golpea fuerte, y la pérdida de seres queridos. “Allí falleció mi papá, se me murió mi nieto; mi marido, de joven, a sus 40 y algo de años por un infarto”, repasó.
Hoy puede estar, por fin, en cierta paz. “Me siento bien, muy cómoda, tranquila. No puedo creerlo. Si bien tengo diabetes, artrosis, trato de no prestar atención a todo eso”, confesó.
Sostuvo que lucharon mucho por esta vivienda y las que se entregarán pronto al resto de sus antiguos vecinos. “Primero me iban a dar una casita en Los Olmos y después en el Roque Sáenz Peña con un hermano mío. Ibamos a estar los dos solos y no quería. Me interesaba estar cerca de mi familia”. Precisamente, muchos de sus parientes más cercanos son los actuales pobladores del añejo gabín.
Por el momento, su nuevo lugar no tiene gas. En tanto, deberá pagar 500 pesos por mes por residir acá. “Primero me dijeron que la cuota iba a ser de 350 pesos y luego me la subieron”, explicó. Para abonar esto, cuenta con una pensión por invalidez, de cerca de 1.500 pesos y cuando no le alcanza hace pan casero o empanadas de pollo para vender.
“Me encanta la cocina”, detalló.
Sofía nació en Guanaco Muerto, en Cruz del Eje, y hace 38 años llegó a Villa María. Previo al gabín, habitó “una casita en calle Rucci, sin puertas ni ventanas”.
Tiene seis hijos. Una de ellas está haciéndose su casa muy cerquita y la otra recibirá, también en el sector, una vivienda de parte del municipio.
D. B.