“Creo que el fiscal está muy equivocado”, comenzó diciendo Silvia Villafañe, delegada en Villa María de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), al cuestionar la afirmación de Enrique Senestrari, quien en su visita a esta ciudad dijo que no cree que la prostitución “sea una elección, como quien elije ser abogado, médico, mecánico. Es una elección por descarte de oportunidades, creo que tiene que ver con una falta de horizonte para decir dejo la prostitución que me hace tanto daño y busco una actividad que me sea más sana para mi vida”.

Sobre ese punto, la delegada de AMMAR señaló que si bien no se puede hacer generalidades, su caso particular es reflejo de que la calle fue una elección.

“Yo tengo el secundario y no puedo decir que no tuve horizontes. Yo elegí ser prostituta”, ratificó.

En ese mismo sentido, Villafañe destacó que así como eligió esa actividad para ganarse la vida, también eligió no depender de un proxeneta y cuidarse la salud. “Trabajo de manera independiente y sobre mi salud, me cuido. Si un cliente me pide tener relaciones sin preservativos, prefiero perder plata antes de agarrarme una enfermedad. Antes, había enfermedades venéreas que se curaban con una inyección. Hoy está el SIDA y nosotras no nos vamos a arriesgar a tener una enfermedad así por unos pesos”, señaló.

Ese punto, el de la salud de las trabajadoras sexuales, es otro tema que abordó Senestrari, diciendo que la prostitución “afecta su salud, disminuye sus posibilidades de vida en un lapso muy grande y les causa problemas muy graves”.

“Eso no es cierto”, replicó Villafañe. “Creo que él debería tener más conocimiento del trabajo sexual. Si vuelve a Villa María, no tengo ningún problema de reunirme con él y explicarle que somos muchas las mujeres que elegimos este trabajo en libertad”, agregó.

Reconoce que también hay otras que no tuvieron alternativa. “Yo las entiendo, cuando tenés hijos para darles de comer y te ofrecen un trabajo como empleada doméstica, tenés que esperar un mes para cobrar. Y los chicos no esperan tantos días sin comer. En la calle se gana más rápido el dinero”, indicó.

Dijo que para las trabajadoras independientes es una buena alternativa económica. “Primero porque nadie te explota, es decir, vos ganás 500 pesos diarios con uno o dos clientes”, señaló. “Al mes, tenés unos 15 mil a 20 mil pesos, que no se ganan como doméstica o en cualquier otro trabajo”, agregó. 

“Creo que tanto el fiscal como toda la Justicia tiene que sumarnos para trabajar contra la trata. Nosotras estamos en contra de la explotación y por eso, podríamos luchar juntos contra la trata y el proxenetismo, pero necesitamos que nos reconozcan como personas mayores de edad que somos libres de elegir qué hacer”, puntualizó.

 

s Su historia

 

Silvia Villafañe tiene 44 años, 10 hijos, uno de los cuales es discapacitado. “Hace 21 años que soy prostituta. Empecé en una whisquería y después seguí en la calle. Hoy ya tengo los clientes que son conocidos y no tengo que poner clasificados ni buscar un negocio para trabajar”, dijo.

Cuando dice “negocio”, habla de prostíbulos, los que están prohibidos en Córdoba. “Está bien, porque se evitan los proxenetas; pero estaría bueno que dejen funcionar los negocios administrados por mujeres que compartan en partes iguales los gastos y se lleven las ganancias. Es decir, trabajar como una cooperativa”, apuntó.

Sabe de los riesgos que hay en la calle. “Si bien a mí no me pasó, hay chicas a las que las maltrataron y hasta les robaron”, dijo.

Señaló que en Villa María no tienen problemas con la Policía. “Son muy respetuosos y nos dejan trabajar. Hablo por las que ejercemos esto de manera independiente. No me meto con las que tienen proxenetas porque no es nuestra labor”, aclaró.

De todas maneras, reconoce que de chica tuvo otros sueños. “No pude cumplirlos, me hubiera gustado ser maestra. Pero tuve que trabajar. Fui empleada de la Municipalidad, doméstica, niñera. Trabajé un montón y pude estudiar de grande. Ya era tarde para ser maestra”.