Escribe:
Luciano Pereyra (*)
Creo que nuestros paisanos deben conocer apenas un esbozo de la historia de nuestra ciudad. Lamentablemente en todo el mundo el saber histórico está en manos de algunos pocos y a las masas populares llega "lo que conviene", fundamentalmente porque en nuestra realidad siempre es mejor tener un pueblo influenciable, manejable, en donde los valores y los códigos no existen.
Así son las reglas del juego.
La punta del ovillo está en la educación y no es para hacer catarsis sobre la situación docente, sino para que el lector comprenda que en la vida se aprende hasta que morimos y el saber no ocupa lugar, por el contrario nos brinda herramientas para argumentar posturas y posicionarnos ideológicamente... pero "un pueblo que piensa es peligroso". Voy al punto.
En esta nota que escribo desde el alma haré un breve repaso de nuestra historia (la conocida) rescataré aspectos de la historia que no se escribió o que no conviene escribirla y también aportaré algunas ideas que pueden contribuir a la independencia de Villa María.
Ambas ciudades tienen un presente y un pasado diferente, conservadora una y liberal la otra. Una posta de un lado, el ferrocarril del otro, una posmoderna, la otra tradicionalista.
Villa Nueva nace en la margen sur del río Ctalamochita, su origen está en una estancia que resulta de la subdivisión de las tierras entregadas en merced a los hidalgos que participaron de la fundación de la ciudad de Córdoba acompañando a Jerónimo Luis de Cabrera.
Lo que importa aquí es que el término Villa Nueva se utilizó para hacer referencia al poblado que surge más allá del rancherío que rodeaba a la Posta del Paso de Ferreira y se formalizó con el trazado urbano que realizó el agrimensor Roldán en 1826.
La posta aparece en plena época del Virreinato del Río de la Plata con el sistema de postas y correos que los españoles habían copiado a los incas y era una escala más en el largo camino entre Buenos Aires y Lima (actual Perú).
En la posta se pernoctaba, el maestro cambiaba los caballos o reparaba alguna avería y a la mañana siguiente se vadeaba el río o se lo cruzaba en balsas.
El rancherío o primitiva aldea se ubicaba a la altura del actual barrio La Floresta, durante la gobernación del brigadier Juan Bautista Bustos se trata de ordenar la población realizando el trazado urbano.
Por eso se toma como año de fundación a 1826 y la fecha 7 de octubre por ser el día de nuestra Patrona la Virgen del Rosario.
No creo que se haya fundado sino que se fue poblando a orillas de la posta, a medida que se desarrollaba y decaía el monopolio comercial español. Por eso las diferencias históricas con nuestros vecinos.
Villa Nueva nace formando parte del circuito comercial del Alto Perú (actual Bolivia), desde estas tierras se criaban mulas para actual mercado minero. Su conservadurismo hispano-criollo se evidencia sobre todo en la religiosidad que hoy se ha perdido.
Villa María nace con el ferrocarril, con el liberalismo y en pleno auge del modelo agro-exportador donde nuestro país se convierte en productor de alimentos y la intención de los terratenientes es sacar su producción hacia el puerto, esto se comprueba observando el trazado de las vías del tren totalmente centralizado.
Muchos no saben pero la primera estación en Villa María se llamó estación Villa Nueva.
Cuando los villamarienses se jactan de la pujanza de su ciudad deben recordar a Pereira y Domínguez que proyecta a su ciudad hacia el futuro, porque si no sería un pueblo más como por ejemplo James Craik, donde el terrateniente “cede” tierras para instalar una estación y fundar un pueblo, aunque su verdadera intención era que su producción llegara a destino.
Por estos tiempos se agrava la decadencia política de Villa Nueva que había comenzado con la caída de Rosas en 1852 y donde nuestro pueblo era la base del poder Lopista (Quebracho López gobernó la provincia durante diecisiete años, su hijo el coronel José Victorio López encabezaba el regimiento con asiento en Villa Nueva).
Si bien es cierto que en estos casi dos siglos resistimos malones, inundaciones, sequías, ciclones, muchas veces se atribuye el atraso villanovense a estas catástrofes, pero también lo vaticinaba Fernando Freytes cuando en cartas al obispo o a la Gobernación peleaba para que no perdiéramos la cabeza departamental.
Nuestra historia nos debe servir para repensar nuestra ciudad, reconocer fortalezas y debilidades y luego con un trabajo interdisciplinario proyectarnos sin perder nuestra ideosincrasia.
En nuestra infancia nos enseñaban la historia de Villa Nueva esto imprimió un sentido de pertenencia que sería importante rescatar en nuestras escuelas.
Creo que la oportunidad está, sólo falta trabajar en conjunto dejando de lado intereses particulares y gestionar para conseguir recursos de la provincia.
Nuestro carnaval, nuestro Festival de Doma y Folclore deben crecer para poder ser difundidos y atraer visitantes de otras regiones.
El turismo histórico puede ser una salida. Los pueblos del norte cordobés han revivido con esta rama de la industria más importante de nuestra provincia. El “Camino Real” pasaba por aquí y eso hay que explotarlo, el Parque debe aprovecharse, el recorrido histórico por las viejas casonas, Casa de la Cultura, puente del zanjón, el cementerio (que además de las tumbas paradas, posee panteones que deberían nombrarse Patrimonio Histórico). Por otro lado, el parque ecológico, único en la región.
Es difícil pero podemos empezar por las escuelas, para que nuestros chicos vean que existe una salida y para que no se profundice la polarización social, donde por un lado tenemos las grandes mansiones de los barrios privados y por otro tenemos desocupación, falta de asistencia sanitaria, deserción escolar, falta de viviendas y clientelismo político.
Ojalá que estas palabras sirvan para darnos cuenta de que nuestra historia nos debe ser útil para dejar de ser “la que está al lado de” o “es un barrio grande”.
Es mi humilde opinión.
(*) Profesor de Historia
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|