Son 11 lunas de pura tradición, con la participación de varias de las figuras más descollantes del universo del folclore (y algunas de otros géneros, como el villamariense Fabricio Rodríguez), que se agregan a la enjundia de los menos conocidos para conformar un menú de alrededor de 180 números artísticos. Mucha guitarra y adentros y mucho ballet y zapateo. Gauchos y chinas emperifollados con los colores de lo telúrico, en unas instalaciones del Predio Ferial de la capital provincial que se preparan para recibir al público fiel. Los ciudadanos que vienen desde hace 44° ediciones y los nuevos, quienes se acercan a descubrir una movida cultural notable. 

Porque a lo que ocurra sobre las tablas hay que agregarle la mística de los salones, que también  van decorados con motivos telúricos. Aunque su real virtud radica en otros quehaceres, en lo que ofrecen su mapa gigante de más de medio millar de stands, ocupados por artesanos provenientes de todo el país y algunas naciones vecinas. La lista de productos a exponer es interminable, aunque destaca el rubro textil, con las alfombras, las mantas, los pulóveres y, naturalmente, los ponchos, esa vestimenta que es sinónimo de argentinidad y de Catamarca.

Combinando con lo anterior, la fiesta ofrece, además, un enorme sector para disfrutar de las comidas típicas nacionales: locro, asado y empanadas regados de buen vino para calentar el alma y darle ímpetu a las veladas, que arrancan alrededor de las 19. 

 

DONDE

San Fernando del Valle de Catamarca

 

CUANDO