Con la presencia de directivos, docentes y personal de la Biblioteca Bernardino Rivadavia (BBR) y otras instituciones de la ciudad se llevó a cabo ayer el homenaje en memoria del doctor Antonio Sobral, a 38 años de su fallecimiento.
Durante el acto, que se llevó a cabo en el mausoleo erigido en el cementerio “La Piedad”, el presidente de la BBR, Sergio Gilabert junto a la vicepresidenta de la institución María Cecilia Bazzanella depositaron una ofrenda floral en el monumento.
Por su parte, las autoridades de la Fundación “Antonio Sobral” Elizabeth Quiñónez y Lida Arrufat, también realizaron su homenaje al destacado educador.

“Un hombre
de bien”

“Hablar de Antonio Sobral, en esta fecha, es remitirnos al legado pedagógico que él nos dejó con el ejemplo como hombre de bien, haciendo realidad un proyecto que transformó la educación de su tiempo y continuando con la utopía que en aquel entonces ya se había propuesto”, expresó para iniciar su discurso homenaje la profesora María Angélica Nievas.
“El profesionalismo con que desarrolló la tarea de educar, hoy nos lleva a reflexionar sobre sus sólidos y auténticos principios como educador convencido de que era, la de liberar al hombre de toda servidumbre degradante, agregó la docente.
“Pensar en la persona de Sobral es pensar en el respeto a la dignidad del hombre, ya que ambos se encuentran inseparablemente relacionados, sin resignar la idea central de la dimensión humana, exaltando los principios de la libertad y el libre desarrollo de la personalidad del educando”, también reseñó Nievas.
“Las concepciones y exigencias pedagógicas sustentadas en su proyecto se anclaron en la defensa de la educación para todos, la de prepararnos para actuar en una sociedad planetaria donde se convoque el encuentro de relaciones humanas que permitan la convivencia mundial, la defensa en la confianza de la juventud, la que creía rica y positiva, capaz de grandes gestos cuando las circunstancias lo requieren, porque sabe luchar por ideales que exigen recios heroísmos morales y que permiten al hombre forjar el futuro de la sociedad en un ámbito de plena libertad”, sostuvo la educadora que se desempeña como regente del Instituto Rivadavia.
“Hoy deberíamos preguntarnos sistemáticamente ¿cómo educar para la libertad? ¿Es posible educar para la convivencia? ¿Cómo educar en el respeto con el otro? ¿Es posible educar en la equidad y en la solidaridad?”, reflexionó la profesora.
“Estos son algunos de los tantos interrogantes que como docentes nos preocupan, pero existen otras premisas planteadas por el doctor Sobral, cuyas múltiples respuestas continúan hoy resonando, en una sociedad cambiante, pluralista y de grandes incertidumbres”, manifestó la oradora.
“Sólo nos resta transitar reflexiva y creativamente enriqueciendo y nutriendo su obra en coherencia con los valores que la singularizaron para contribuir a la formación del hombre por medio del conocimiento y la acción en el sentido de lo humano, en una sociedad más libre y justa”, concluyó.