El Gobierno comunal ratificó ayer que no adhiere a las leyes provinciales 10.181 “Alcoholemia cero” y 10.138, que dispone que cada casco de motociclista tenga visible el número de patente.
El secretario de Prevención Comunitaria y Derechos Humanos, Carlos De Falco, al referirse al marco legal que implica a los elementos protectores, sostuvo que “en realidad se trata de una medida de seguridad, vigente en otras ciudades, como la capital provincial, no es el caso de Villa María”.
“No adherimos a dicha normativa porque personalizar limita el uso del casco y nosotros, como contrapartida, lo que queremos en esta instancia es que cada villamariense que se sube a una moto use su casco protector”, reflexionó el funcionario.
Por último recordó que el Estado local rige su propia normativa dentro del ejido municipal, por lo que “en Villa María la persona que circula en moto debe llevar obligatoriamente su casco, pero no hace falta que esté identificado”.
“En una familia donde hay tres motos y dos cascos estamos generando un problema, puesto que pueden circular tranquilamente llevando puesto el mismo, ahora si también debe coincidir la patente agregamos una limitante”, especificó.
Con límites nacionales
Acerca de la legislación que prescribe el nivel de alcoholemia cero en conductores de vehículos, el funcionario municipal indicó que “en nuestra ciudad el sistema funciona para el servicio público de transporte de pasajeros; para los demás casos nosotros adherimos al sistema que se utiliza normalmente, en Nación y en otros países del mundo, que es permitir hasta un 0,5% de contenido de alcohol en sangre”.
“Esta decisión se debe a varias razones, primero conforme lo han dicho todos los especialistas (por ejemplo el doctor Gómez, jefe de Toxicología del Hospital de Urgencias en Córdoba o el catedrático Botta Bernaus) hasta 0,5% es una medida donde el conductor no pierde ningún reflejo ni tiene incidencia alguna sobre el manejo, por lo tanto en zona urbana no vemos razón para bajarla a 0”, puntualizó el referente del Ejecutivo.
“En las rutas es distinto por la exigencia del tránsito, que es por largo espacio y tiempo; por otra parte la vida cotidiana presenta diversas circunstancias que pueden generar que un conductor presente alcohol en sangre, por ejemplo, una persona que toma una copa de vino en el almuerzo y a la tarde va a trabajar o el cura que sale de dar misa, etcétera”, explicó el representante de la Intendencia villamariense.
No obstante, el funcionario recordó que “desde el municipio estamos haciendo permanentemente controles de alcoholemia, en distintos sectores de la ciudad”; añadiendo que “lo ideal es no tomar cuando se está por conducir, pero lo lógico es que el Estado normatice razonablemente la cuestión, si no pasa a ser, como dicen los diarios capitalinos, un invento cordobés”.