El momento histórico que atraviesa Costa Rica en el Mundial de Brasil causó un impacto positivo muy fuerte en todo el territorio del país centroamericano.
Los “Ticos” salieron a celebrar por las calles, alocadamente, y entre todos se encontraba un villamariense que lleva cuatro años amando a ese territorio donde decidió radicarse.
Se trata de Guillermo Busto; para los voleibolistas, el “Guille”, el chico que se destacaba en Trinitarios. El “Guille” del “Trini” cuando también jugaba el “Guille” (García) en Rivadavia.
Por entonces, sus condiciones como voleibolista siempre fueron destacadas, motivo por el cual fue convocado a selecciones provinciales y también formó parte de preselecciones nacionales.
Es por ello que Busto buscó su futuro en España, pero terminó por llegar a Costa Rica, seducido por el beach vóley.
La ciudad playera de Samara, en la provincia de Guanacaste, acaparó la atención del villamariense, tanto que allí conoció a su actual esposa, Melissa Jiménez, y allí se quedó a vivir.
Después de cuatro años en Costa Rica, “Guille” sufrió el domingo ese partido electrizante del equipo ante Grecia, pero luego salió a celebrar por las calles, como todos los “Ticos”.
“Desayunamos mirando cómo México quedaba afuera, después casi ni almorzamos por los nervios del partido de Costa Rica”, le contó “Guille” a EL DIARIO, vía mensaje.
“Fue una locura, estábamos en un restorán de amigos italianos lleno de “Ticos”; en el final del segundo tiempo se apagaron las sonrisas, cuando echaron a Duarte”, contó, para luego bromear que “en los penales, a más de uno casi les dio un paro cardíaco, aunque si bien teníamos nervios, sabíamos que Costa Rica tiene muy buen arquero”.
Precisamente, el portero Keylor Navas atajó el último penal ante los griegos y le dio a Costa Rica una clasificación histórica, a cuartos de final.
Busto indicó que, en ese momento, “se desató una euforia terrible; salimos corriendo del restorán, que se llama ‘gusto beach’, y nos fuimos al centro, que acá tiene dos cuadras (risas) y allí se soltó la fiesta, con caravana, baile, música y muchas cervezas”.
Samara, de aproximadamente cinco mil habitantes, se había reunido en ese “mini”-centro que contó Busto.
Pero no era la primera vez que el fútbol conseguía enfervorizar a los costarricenses durante el actual Mundial.
“Guille” contó que previo al certamen, “por el grupo que le tocó, nadie daba dos pesos por el equipo; yo decía que no ganaba ni un partido, pero después de ver cómo ganó ante Uruguay, más de uno empezó a creer. Y yo también”.
“Más gente empezó a ver los partidos en los bares y ahora todo es una locura; lo televisan en los dos canales más populares de Costa Rica y pasan todos los partidos”, agregó.
Consultado sobre la expectativa ante Holanda, Busto fue sincero: “Creo que hasta acá tenemos boleto de avión”, aseveró.
Corazón partido
“Guille” también contó que siguió todos los partidos de Argentina y que gritó solo todos los goles.
“Todavía no empezó a jugar nadie, salvo Dios (por Messi)”, aseguró.
Es que Busto dice tener su corazón partido.
“Costa Rica es el país donde soy feliz y Argentina el país donde nací y tengo a muchos seres queridos”, indicó. De hecho, en su portada de Facebook, subió las dos banderas.
Además, junto a su esposa, vistieron a sus dos perros con ambas camisetas para la foto.
En Samara, Busto sigue matando el “vicio” del vóley, aunque trabaja en el restorán típico de su suegro. “Soy salonero bartender y cajero”, contó.
En cuanto al vóley, dice que lo tiene “mal un dolor en la espalda”, motivo por el cual empezó el gimnasio hace dos semanas para ver si refuerza un poco la zona.
Busto juega en un equipo de segunda división, Nicoya Vóley, y durante la semana recorre los 300 metros de su casa a la playa para reunirse con sus amigos italianos a jugar beach vóley.
De vez en cuando se cruza con algunos de los 10 argentinos que viven en la ciudad, uno de los cuales “hace empanadas muy ricas y los canelones como los de mi mamá”.
Precisamente, al hablar de su familia, no puede estar sin enviarles saludos: “Para mi mamá Alejandra, mi papá Juan, mis hermanos Mayco y Alberto y mi sobrino Ramiro. Y mis amigos de la Villa, que hace años que no veo”, expresó “Guille”, que disfruta con los “Ticos”. Y para hoy espera con ansias un triunfo argentino.