Cuando el Gobierno de Onganía imponía la dictadura en Argentina, el jovencísimo Roberto Vacca empezaba a trabajar como cadete, llevando recados a la Redacción de Prensa Latina. Se enamoró allí de la profesión que abraza hasta hoy y que lo llevó a recorrer palmo a palmo el país, descubriendo sus secretos y llevando esas historias de gente “sin voz” a la pantalla nacional.
Fue parte de varios proyectos periodísticos, pero la revista Siete Días -que nació como un suplemento semanal de La Razón- fue quizás su matriz profesional, donde pudo compartir el espacio laboral con plumas como la de Rodolfo Walsh. “Era un poco más grande que yo y, si bien todos conocen al Walsh de ‘Operación Masacre’ o al militante, me gustaría recordar que ante todo era muy buen compañero. De apariencia tímida, era un flaco esmirriado que sólo hablaba cuando era preciso y con una claridad de conceptos que no necesitaba de muchos discursos”, recordó.
No le gusta hablar en primera persona, pero es ineludible preguntarle sobre su historia, como testigo directo de los últimos 50 años de la historia Argentina. “No hay historia, hay trabajo, como el que seguimos haciendo hoy”, dijo.
A la hora de recordar, relató que su primera nota fue a pedido del director de un diario: “Andá y averiguame todo sobre el tren a Jujuy”. Allá partió el joven cronista, con anotador y lapicera en mano. Habló con guardas, pasajeros, observó los trenes, averiguó frecuencia y horarios. Al llegar a la Redacción entregó el completo informe, pero el director, que no quería esa nota, se limitó a recortar la parte de los horarios y le dijo a otro: “Acá tenés los horarios del tren a Jujuy”. No hubo decepción en esa prueba, sino que tomó con más entusiasmo la tarea.
La segunda nota -primera publicada- también parecía broma: “Andá y averiguame todo sobre la somatrodorfina”, le dijo esta vez el director. En épocas previas a Internet no quedaba otra que internarse en bibliotecas y sumar conocimientos técnicos tras largas búsquedas. La somatrodorfina es una hormona de crecimiento y el tituló: “¿Se podrán hacer hombres a medida?” y allí fue que se recibió de periodista.
Recorrió el país para la revista Siete Días y estaba insatisfecho por la limitación que ofrece la prensa gráfica para dar cuenta de las tonadas y modismos de cada pueblo argentino. “Querés describir el habla de cada región, las tonadas, los modismos y no tenés muchos recursos”, dijo.
También era difícil adjetivar todo el tiempo para describir los rostros curtidos de la cordillera, las manos de los campesinos o las miradas de las madres múltiples que viven en zonas abandonas del país.
Entonces pensó que la TV podía reflejar la imagen y la voz de esos argentinos desconocidos para el resto. Con esa idea, empezó a recorrer canales para presentar el proyecto para televisión que denominó “Historias de Argentina Secreta”.
“Me rechazaron en todos lados, decían que era muy caro hacer un programa así, hasta que en la televisión pública me dieron el visto bueno con un solo inconveniente: era martes y me pidieron que tuviera el programa listo para el lunes siguiente”, recordó.
Así parió esa iniciativa que llevó 17 años al aire, empezando con un primer programa que relataba la historia de un poblado riojano donde todos los habitantes tienen el mismo apellido.
Periodismo ayer y hoy
“Hoy el periodismo es otra cosa”, dice, recordando las redacciones en la que se entregaba un papel con la nota y que para llegar a la calle con el diario impreso se pasaba un largo proceso técnico. “Hoy se dispone de otra tecnología, pero hay algo que sigue igual: el que denomina, domina”, dice, cuestionando duramente a los medios hegemónicos.
Entiende que “otro periodismo es posible” a partir de la Televisión Digital Abierta, que es una puerta para democratizar la comunicación para que muchas voces puedan ser escuchadas. “Hoy, la televisión de Buenos Aires obliga a que pongás dos tarritos abajo del aparato: uno para la sangre y el otro para la grasa que chorrean”.
Precisamente, Vacca está en Villa María conduciendo el ciclo de programas de entrevistas denominado “Vale la pena conocernos”, realizado con financiamiento de la Nación a partir de un concurso de ideas desarrollado en el polo de producción audiovisual que hace base en la Universidad Nacional de Villa María.
Desde aquí, va a poder volver a contar historias poco conocidas en el país, de gente de la región que suma sacrificios y compromisos para hacer un mejor país. Tal como hizo en aquella oportunidad con sus “Historias de la Argentina Secreta”.
