El próximo 28 de septiembre se cumplirán nueve años de la desaparición de Mariela Bessonart. Sin embargo, el proceso judicial que se le sigue a Rodolfo Delpino se encuentra empantanado desde hace nueve meses por un serio conflicto de intereses entre el fiscal que instruyó la causa y el que debe sostener aquella acusación en el juicio oral y público.
En efecto, el fiscal Horacio Vázquez, que empezó a intervenir tras el apartamiento de su par Francisco Márquez, no está de acuerdo con la acusación esgrimida por el instructor de la causa, Gustavo Atienza, quien imputó al exeposo de Mariela como presunto autor de “privación ilegítima de la libertad, agravada por el tiempo de su duración”.
En tanto, y con el patrocinio del abogado villamariense Juan Manuel Tovo, uno de los querellantes particulares que interviene en este proceso es la madre de la víctima, Teresa Ramírez, aunque es su otra hija, Gladys, quien motoriza las acciones y le da impulso al interminable reclamo de justicia de la familia Bessonart.
Por otra parte, los hijos de Mariela también se constituyeron en la causa como acusadores privados con la representación legal de los letrados Gerard Gramática Bosch y Débora Ferrari, ambos de Córdoba.
En definitiva, y sin eufemismos, queda claro que para una de las Querellas, Delpino es culpable, y para la otra, inocente. Y con los fiscales pasa algo similar: Atienza sostiene la acusación y Vázquez la rechaza.
Así, es prácticamente imposible -al menos en lo inmediato- que el caso se ventile en juicio oral antes de fin de año. Y en este devenir del tiempo, a algunos les va la vida.
Para tratar de poner un poco de luz a esta intrincada situación, EL DIARIO habló con el abogado de Teresa Ramírez…
Tovo lo explica
- ¿En qué estado se encuentra la causa?
- Lamentablemente, desde hace mucho tiempo está paralizada por diversos incidentes. Específicamente, desde el año 2012, todos los esfuerzos y energías de esta Querella estuvieron enfocados, principalmente, en la tarea de mantenernos en el proceso como parte, ya que se pretendió excluirnos de la causa (después de seis años que formalmente se trabajaba), mediante un incidente de nulidad realizado por la Defensa de Delpino en donde se planteó que esta parte era un “sujeto ilegítimo y extraño al proceso” y esto, supuestamente, dañaba ciertas garantías constitucionales del imputado.
Esa pretensión fue adherida por el fiscal de Cámara y sostenida por la Querella representada por los hijos de Mariela, quienes -vale destacar, por no ser un detalle menor- con anterioridad ya habían intentado excluirnos en la etapa de instrucción con argumentos semejantes, y finalmente la Cámara del Crimen local también hizo lugar al mismo y nos apartó.
Obviamente, la única parte que se opuso a esto fue la querellante a la que patrocino (Gladys Bessonart). Fue así que nos vimos obligados a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia, el cual decidió revocar lo resuelto por la Cámara del Crimen de Villa María y mantener a esta Querella como sujeto legítimo en el proceso, haciendo lugar a nuestros planteos. Además, el máximo tribunal de Justicia de la provincia advirtió ciertas circunstancias que se desprenden claramente de la causa que debieron tenerse -a criterio de esta parte- en cuenta a la hora resolver excluirnos en la instancia de Cámara.
- Usted dijo que los hijos de Mariela ya habían intentado excluirlos en la etapa de instrucción. ¿No es raro que ellos pretendieran sacarlos del proceso?
- Obviamente que es llamativo. Es más, es complejo que esa posición supere un test de razonabilidad. No se entiende que una Querella, en su primer acto procesal, pretenda sacar a otra Querella que se encontraba formalmente admitida y sin objeción alguna por parte de la Defensa en la etapa de instrucción. Y eso tiene un agravante, porque los integrantes de esa otra Querella no son extraños, sino que se trata de la hermana y la madre de la víctima. ¡Qué mejor para una Querella que haya varias partes sumando fuerzas o técnicamente coadyuvando al Ministerio Público, y de esta manera procurar la verdad real de un hecho!
- ¿Qué opina acerca del vínculo que existe entre los abogados que representan a los hijos de Mariela y la Defensa de Delpino? Los pasillos de Tribunales hacen eco de dicha circunstancia. ¿Le preocupa eso?
- No somos nosotros los que tenemos que valorar esta cuestión, ya que existen órganos competentes que deberían encargarse de una circunstancia de estas características, analizándola no de manera aislada, sino en el contexto de esta causa.
Popularmente se dice que las cosas, en algunas oportunidades, caen de maduro y que cada uno es responsable de sus actos. Por ende, la preocupación por una situación concreta como esa debería recaer sobre quienes se consideren involucrados.
Nosotros estamos ocupados por alcanzar la verdad y obtener justicia por el hecho que se investiga en esta causa, la cual viene con una extendida y prolongada investigación. Le recuerdo que el próximo 28 de septiembre se cumplirán nueve años de la desaparición de Mariela.
- ¿Y en la actualidad?
- A esta Querella particular, además de todas las dificultades que debió pasar en esta extensa y compleja causa, se le suma una gran preocupación en razón de que los fiscales de Cámara (Francisco Márquez y Horacio Vázquez), cronológicamente posterior a un nuevo incidente de nulidad planteado por la Defensa técnica, hayan manifestado formalmente que se encuentran en una situación de “desacuerdo fundamental” con el hecho relatado en el requerimiento y las conclusiones a las que arribó el fiscal actuante en la instrucción (Gustavo Atienza), sobre la base de las pruebas obrantes de la causa.
- ¿Qué significa esto?
- Que existen posiciones antagónicas dentro del órgano responsable en descubrir la verdad y acreditar los extremos de una imputación delictiva.
Consideramos altamente sorprendente que un conflicto interno de estas características se suscite ahora, siendo que la causa está radicada en la Cámara del Crimen local desde el año 2011 y que el Ministerio Público actuante (Márquez primero y Vázquez después) ha tenido la oportunidad para conocer las actuaciones, estudiar la causa y prepararse de la mejor manera para cumplir con su rol acusatorio. Incluso pudo ponerse en contacto y consultar al instructor (Atienza) en caso de duda.
Y otro dato: hasta se ofreció formalmente la prueba sosteniendo de alguna manera la acusación. Es más, no fue nada grato para esta Querella que en esta etapa previa al juicio, y en el marco de una justificación llevada a cabo por un representante del Ministerio Público con el fin de apartarse del proceso, haya considerado -a su entender- que la activa participación de Gladys y Teresa condicionaba a que un fiscal acuse a ultranza, y de esta manera cercenaría su independencia y lo violentaría moralmente.
Cabe destacar que tal apartamiento no se ha hecho lugar por improcedente.
Creemos que está totalmente claro que lo que siempre buscaron la hermana y la madre es justicia por Mariela Bessonart, lo cual debería ser la pretensión de la sociedad en su conjunto.
También consideramos que es lógico que estemos, ante este contexto, sumamente preocupados, ya que la participación del querellante particular gira alrededor del Ministerio Público Fiscal y debemos trabajar de manera mancomunada con el órgano público de persecución en la acreditación, tanto del hecho delictuoso como de la responsabilidad penal del imputado y es entendible que la relación de cooperación y trabajo en conjunto se haya resentido en razón de todo lo relatado.
- ¿Y cómo se destraba esta situación?
- Formalmente, y por intermedio de la Cámara del Crimen de esta ciudad, requerimos la urgente intervención de la Fiscalía General de la Provincia, como máximo responsable del Ministerio Público, con el objetivo de resolver esta cuestión cuanto antes, para que ejerza las demás facultades que le competen.
Además, esta Querella también entiende que debido a la complejidad y voluminosidad de la causa, el fiscal Atienza tiene que participar, coadyuvando o colaborando en la etapa de debate junto con el representante definitivo actuante ante la Cámara.
Es lógico que con todos estos acontecimientos, el sentimiento de esta Querella sea de cierta soledad, pero es admirable la pujanza y la fuerza que transmite Gladys.
Sólo sus allegados conocen bien la gran cantidad de obstáculos de la vida que debió y debe atravesar. Se trata de una persona ejemplar, todos lo sabemos, porque es público y notorio que Gladys ha sido y es el motor de esta causa, pero no podemos olvidar que ella representa a su mamá en el proceso, y Teresa ha cumplido recientemente 83 años, con serias patologías propias de su edad. Por ende, el tiempo y las reglas de la naturaleza son una contra más en los intereses de esta Querella.
Daniel Rocha
Las fotografías
1) Mariela Bessonart tenía 38 años cuando desapareció, hace ya 3.200 días. Rodolfo Delpino, su exesposo, es el único sospechoso, aunque la causa judicial está virtualmente paralizada
2) Gladys Bessonart junto al abogado Juan Manuel Tovo, durante la charla que mantuvieron con EL DIARIO. En la imagen pequeña, una foto de archivo de Teresa Ramírez, mamá de Mariela
3) "Creemos que está totalmente claro que lo que siempre buscaron la hermana y la madre es justicia por Mariela, lo cual debería ser la pretensión de la sociedad en su conjunto", dijo el abogado de la familia Bessonart