Los alumnos de tercer año B de Economía y Gestión (EGO) se consagraron como los campeones del Mundialito 2014 organizado por el Instituto de la Santísima Trinidad.
A la final del Ciclo Básico, que se disputó ayer, llegaron tres cursos: primer año C ESIL, que representó a Chile, segundo año B ESIL, que representó a Portugal, y tercer año B EGO que representó a Irán, y que fue el que finalmente se impuso.
En una final por demás reñida, Irán obtuvo nueve tantos, mientras que hubo empate entre los equipos que se coronaron como subcampeones que sacaron ocho tantos cada uno.
La inauguración del Mundialito 2014 se realizó el pasado 9 de junio, momento en el que cada país representó sus bailes, música, colores y ropa típicos, en tanto que el 16 se iniciaron los partidos propiamente dichos.
En esta quinta edición del Mundialito compitieron 24 cursos en total, ocho divisiones de primer año, ocho de segundo y ocho de tercero. De cada una salió un ganador que fueron los tres que disputaron la final.
Los países participantes fueron Rusia, Portugal, Italia, Alemania, Brasil, Nigeria, Costa Rica, Estados Unidos, Chile, Irán y Argentina, entre otros.
Idea de preceptores
El Mundialito se hace cada cuatro años, en coincidencia con los mundiales de fútbol, desde 1998, según relataron Patricia Heredia y Victoria Rivera, dos de las 12 preceptoras que participaron del Ciclo Básico, al hablar con EL DIARIO.
La competencia consiste en un juego que se desarrolla en un tablero emulando una cancha de fútbol, en la que se van contestando preguntas sobre historia, geografía, cultura general y fútbol de cada país interviniente en el mundial, incluso Argentina.
“Argentina es el país comodín, todos los alumnos tienen que estudiar sobre ella. A cada curso se le asigna un país por sorteo, de esa manera se enfrentan dos países y los alumnos que compiten tienen que estudiar sobre el país que les tocó, sobre el país adversario contra el que compiten y sobre Argentina. Todos los países, durante todo el juego, tienen que estudiar sobre Argentina”, remarcaron las preceptoras.
“La dinámica del juego es de preguntas y respuestas en base a bolillas que se van sacando, hay 90 bolillas y a cada una le corresponde una pregunta. De acuerdo a si las preguntas son con o sin opciones, será un pase corto o un pase largo a la cancha”, explicaron.
“Una vez que el equipo responde bien es el gol. A medida que se van respondiendo las preguntas, se va avanzando en el tablero hasta llegar al gol. De esa forma van sumando puntos”, agregaron.
“Se hacen dos tiempos de 20 minutos cada uno, gana el que tiene más tantos, en caso de empate se va a penales y el que pierde queda eliminado directamente. En cada equipo juegan seis jugadores que son elegidos por el curso, uno de los seis es el capitán que es quien responde todas las preguntas, mientras el resto del curso acompaña y alienta”, señalaron las preceptoras, quienes aclararon que entre cada encuentro, los alumnos tuvieron entre cinco y seis días para poder estudiar. Heredia y Rivera contaron que los preceptores fueron los creadores de esta iniciativa, aunque aseguraron que cuentan con la colaboración de los docentes, quienes dedican su tiempo y ayudan a los chicos con la información.
Durante el juego, los preceptores manejan la cancha, el bolillero, administran el tiempo y realizan las preguntas.
“Enganchados”
“En el balance final que hacemos, tenemos que decir que los chicos se engancharon y estudiaron mucho. Hay que tener en cuenta que ellos tienen que estudiar sobre estos temas aparte de lo que tienen que estudiar día a día para la escuela”, relataron.
“Los chicos lo vivieron como si estuviesen en el medio de la cancha metidos en un mundial pateando. En la primera ronda, entre los que quedaban eliminados hemos tenido llantos desconsolados”, afirmaron las preceptoras.
“Los chicos se lo tomaron muy en serio, gustó mucho y esto nos satisface porque los alumnos aprenden muchos contenidos y muy variados, jugando. Estamos muy contentos, este enganche de los chicos se da en cada oportunidad en que lo realizamos, por suerte, hasta ahora, no tuvimos rechazos”, indicaron.
“En la presentación del proyecto a los chicos les pasamos videos de lo que han sido las ediciones anteriores y se ríen de ver las expresiones y las reacciones que han tenido en cada juego, algo que se repite en cada Mundialito. Realmente se vive como si fuera la final del mundo y, obviamente, a ninguno le gusta perder”, concluyeron.