La empresa villamariense Alimentos Balanceadores SA (ABSA) presentó en sociedad un Programa Integral de Nutrición, apuntado a los tambos cordobeses que abarca a la totalidad de categorías de hembras y machos. El programa se denomina PRINUT y fue lanzado ante un centenar de productores y técnicos en el Sport Social Club (foto).
Cristian Sosa, gerente operativo de ABSA, puntualizó que “nuestra empresa se caracteriza por la innovación en tecnología de la nutrición y por tener un diálogo fluido con los productores, lo que nos permite escuchar y detectar las distintas necesidades del sector; luego analizamos la viabilidad de estos pedidos y/o sugerencias y los transformamos en soluciones que vuelven para el productor. Así nació este Programa Integral de Nutrición, que atiende a la totalidad de las categorías que existen en un tambo, brindándoles tanto una solución para las hembras como para los machos”. En esa línea resaltó: “Hemos cambiado el eje de cómo se formulaban los productos. Antes sólo nos enfocábamos en un producto para las vacas lecheras en producción, mientras que ahora planteamos una mirada integral, a través de un programa que brinda soporte técnico y productos específicos para cada categoría, con los que los productores logran resultados positivos, maximizando sus recursos obteniendo una mayor rentabilidad”.
A su turno, Carlos Pellegrini presentó el plan destinado al segmento Vaquillona de Reposición. “Esta es una categoría clave para el crecimiento de los rodeos y a raíz de estos presentamos alimentos para la guachera (preiniciador) y salida de guachera (iniciador) y productos específicos para recría y preparto, siempre pensando en la parte nutricional y sanitaria de la hembra. Pero a la vez, desde ABSA trabajamos con mucho énfasis en el asesoramiento técnico, siempre respetando la tarea del asesor en el tambo”. Añadió que “en el mercado hay disponibles muchas materias primas con las que se puede trabajar, lo importante es saber combinarlas. Se puede hacer de materias primas que no tienen un gran costo en la formulación del producto, pero sí un gran impacto en el desarrollo del animal. En eso se basó el desarrollo técnico del producto. Se evaluó a campo en guacheras de productores muy allegados a la firma y el resultado fue muy bueno, de gran impacto”.
Sobre el particular, Pellegrini subrayó que “hubo dos elementos que nos permitieron evaluar el impacto. El primero fue el peso con que el animal llegaba a los 60 días, que es el tiempo normal en que se deslecha a un ternero en un sistema de crianza convencional. El otro punto fue el aspecto del animal, porque se lo veía a un animal vivaz, con muy buena caja, un pelaje muy marcado, con buen potencial para entrar a la etapa de recría. Es decir, veíamos un rumiante que se iba definiendo para llegar lo más rápido posible a producción”.