Ayer por la mañana se llevó a cabo la primera actividad conmemorativa por los primeros 50 años del Nivel Medio de La Santísima Trinidad.
En la ocasión, más de 1.600 alumnos rodearon, a modo de “abrazo simbólico”, los distintos edificios que ocupa el amplio predio ubicado en Rawson 1899, con dimensiones que alcanzan las tres hectáreas.
Con los uniformes distintivos y banderines en mano, los alumnos interpretaron canciones alusivas a la institución mientras esperaban que un helicóptero -cedido por el padre de uno de los estudiantes- surcara los aires y captara imágenes del acontecimiento. Tras el “abrazo” los jóvenes (680 del ciclo orientado en Economía y Administración, Ciencias Naturales, Informática y Agro y Ambiente y 780 del ciclo básico), degustaron la correspondiente torta de cumpleaños.
Según comentó el director del secundario, Fabián Habegger, para el resto del año se desarrollará un encuentro con todas las promociones (en octubre) y el proyecto de gala en el Anfiteatro (en noviembre). “Está por verse una cena de reencuentro”, acotó.
“Trabajamos sabiendo que no íbamos a cobrar”
En diálogo con los medios, cinco exdocentes (Beatriz Estévez de Pidoux, Nilda Granero de Menard, Martha Ghezzi de González, Estela Ardiles de Dolfi y Martha Barbero de Mosca), recordaron los primeros años del Nivel Medio.
Precisaron que el secundario, en ese momento sólo de orientación comercial, se creó el 9 de marzo de 1964 a instancias de una comisión de padres de la escuela primaria que impulsó gestiones en las órbitas nacionales para lograr su cometido. Sus primeros directores fueron los padres José María Iturbe y Felipe Alonso, llegado de España.
El primer curso, que funcionaba en la planta baja del edificio de General Paz y Vélez Sarsfield, tenía entre 15 y 20 alumnos, todos varones y alrededor de once maestras, recién recibidas con título terciario. Cuatro años más tarde se crearía paralelamente la formación láctea y en la década del setenta se incorporarían las mujeres, la mayoría de ellas provenientes de Las Rosarinas.
“Muchísismos años -remarcó Beatriz- trabajamos gratis y nunca reclamamos nada a nadie. Lo hacíamos por vocación docente. El día que había llegado un dinero lo usamos para comprar una mesa y seis sillas para la sala de profesores. Siempre con el lema que educar es amar porque no es de otra manera posible”. Martha Ghezzi recordó cuando en el primer Día del Maestro, los padres “nos hicieron un ágape y nos dieron un poco de dinero en un sobre como retribución a nuestro trabajo”.
Los pioneros
Primera cooperadora: presidente Ramón Nicolás Sorias Nievas, secretario Roberto Estergirio Lance, vicepresidente Adela de Vales, vicesecretario Blas Rossi, tesoreros Juan Espina y Alfredo López, vocales Juan Chantore, Juan Pairola y Roberto Pusseti.
Primer cuerpo docente: Rafaela Giorgina Iros (Matemática), Nilda Granero de Menard (Castellano), Héctor Pedro Cavagliato (Contabilidad), Martha Amelia Ghezzi de González (Geografía), Josefa Mangas (Inglés), María Eloísa Sarmiento de Gómez Pizarro (Francés), Gladys Orellanas de Mié (Caligrafía y Dibujo) y Guillermo Evans (Educación Física).
Primera promoción (1969): Roberto Darío Babalfi, Carlos Alberto Bedogni, Jorge Elmo Boiero, Sergio Edgardo Bossi, Oscar Juan Demarchi, Héctor Raúl Falces, Eduardo Alfredo López, Sergio Edgar Mariscotti, Juan José Pairola, Juan José Pogliotti, Ricardo Omar Puccetti, José Alberto Rodríguez, Miguel Angel Rodríguez, Manuel Francisco Villasuso y Carlos Omar Zayas.