De todas las obras de la naturaleza el árbol es, sin duda, una maravillosa expresión de generosidad.
Callado y quieto, elaborando pacientemente su fuerte estructura, allí está esperándonos con su sombra, sus frutos, su madera, sin pedir nada a cambio. Y cuando su vida concluye o el hombre la interrumpe, sigue sirviéndoles para construir o amueblar su casa o para arder, en un último acto de sacrificio, dándole su calor.
Es mucha la similitud que existe entre el árbol y la cooperación, ya que esta es una de las obras humanas que puede considerarse también expresión de generosidad y esfuerzo.
Resulta entonces natural que el árbol sea elemento principal de uno de los símbolos cooperativos más difundidos, el de los pinos unidos.
La semilla
Una semilla está constituida por elementos nutritivos concentrados, necesarios para iniciar el proceso de la germinación. Pero lo fundamental en toda simiente es que exista el germen sano, portador de las características particulares del árbol que va a nacer.
Para que nazca una cooperativa necesitamos también una semilla muy especial, pues su germen vital es la idea que surge de uno de los impulsos mejores del hombre, la solidaridad, como una de las formas de amor.
La raíz
Firmemente aferrada al suelo, la raíz sustenta la estructura del árbol y va creciendo a escala proporcionada con el resto. Si esto no sucede, cualquier viento puede echar por tierra toda la obra.
La raíz de una cooperativa está constituida por los aportes de todos los asociados y deber estar siempre proporcionada a las necesidades que el momento exija para que los servicios se cumplan y pueda continuar su desarrollo.
El tronco
Símbolo de fortaleza, el tronco es la columna viva y dinámica que sostiene la culminación de toda la obra. Siempre hacia arriba en busca del sol y la libertad, alberga los conductos que permitan la circulación de la savia vital conteniendo los elementos nutritivos.
El tronco cooperativo está constituido por el esfuerzo armónico y mancomunado de los asociados y los empleados en pos de una meta de progreso y eficiencia.
La copa
La copa es la obra cumbre del árbol, con sus hojas que purifican el ambiente y sus abundantes frutos. Ella constituye sombra y refugio contra las inclemencias del tiempo, así como albergue para los pájaros que alegran su vida.
Es el reflejo de la función social de la cooperación, que ofrece su abrigo a todos los hombres de buena voluntad sin hacer distingos, reconoce el valor humano por lo que es y no por lo que se tiene, reparte sus frutos en proporción al esfuerzo de cada uno, fomenta la educación y la unión del género humano.