Aquella idea que trajo el inmigrante fue realmente revolucionaria: unirse para luchar.
Aquella idea cunde hoy en millones de seres humanos y en miles de habitantes de esta llanura en que vivimos.
Por entonces fueron los viejos visionarios que afrontaron el desafío de abroquelarse en el esfuerzo por el bien de todos.
Hoy son los hijos de los hijos los que, imbuidos de los principios del cooperativismo, sostienen, dan pelea y proyectan obras y acciones para que cada pueblo tenga lo que se merece.
Agua, luz, gas, teléfono, televisión, Internet, servicios sociales, combustible, créditos, turismo, medicamentos, en fin, todo lo que la gente necesita lo provee alguna cooperativa.
Y esta secuencia cultural, que se repite en uno y otros pueblos, resulta conmovedora, porque sale de la entraña misma de cada localidad el deseo de unirse, de darse cuenta que “hay otros” para abrir organizados un camino de grandeza, sin abandonar a nadie.
Sea este mensaje un aporte de la Cooperativa de Trabajo Comunicar Limitada para demostrar cuánta gente se ha sumado a este movimiento de cambio.
Sea, así también, una expresión de reconocimiento a tantos hombres y mujeres, de todas las edades, que hacen grande a su “Patria chica” y contribuyen a sostener y profundizar esta idea con la palabra y la acción.
A todos, Feliz Día del Cooperativismo