Escribe Richard Kamienski*

Me había propuesto para este año en el marco del proyecto "Buscando Villamarienses en Europa" regresar a Italia, ya que en el viaje anterior, en 2012, sólo había pasado por el norte de la bella bota bañada por el Tirreno, el Adriático y el Mediterráneo. En aquella ocasión había encontrado en la zona de Torino a varios coterráneos y por lo tanto consideré que me había ido muy bien.
Pero como los viajes en avión me condicionaban mucho los recorridos, esta vez decidí alquilar un auto en Madrid y emprender el viaje hacia Italia descubriendo las historias en el camino. Así fue que pude contarles en envíos anteriores la de Marcela Tolosa, nacida en La Playosa, residente en Suances, cerca de Santander, España, y la de Celina Capriotti, la villamariense que vive en Saint Germain an Laye, a 25 kilómetros de París, Francia.
Luego me encaminé hacia Varese, primer destino italiano para ir a ver a una persona que es protagonista de una historia muy conmovedora, que encierra en sí misma la lucha por la vida, la lucha por el progreso personal.
Para llegar a Varese -como se imaginan- atravesé media España, un buen pedazo de Francia y parte de Suiza. Tras unos 1.600 kilómetros, llegué entonces a esta ciudad cercana a Milán, ubicada también a sólo 70 kilómetros de Torino. Ya situado en mi destino, llamé al celular del entrevistado que buscaba, y nada… sin respuesta. Insistí, y otra vez sin respuesta. La incertidumbre me inundó el cuerpo y el alma. Tenía su dirección, y entonces fui a buscarlo, pero únicamente encontré su departamento dentro de una muy bonita urbanización y la respuesta de una vecina (en italiano, obvio): "El maestro de baile se mudó a otro lugar, a otro pueblo... Hace poco tiempo que se fue".
La desazón le ganó a mi entusiasmo por un momento. Creo que mi interlocutora lo intuyó, porque enseguida agregó: "Claudio, que ha sido mi profe, trabaja aquí cerca, en el gimnasio Olimpo... Pregunte por él en ese lugar, porque allí todos lo conocen". Fui rápido al Olimpo, un impresionante estadio donde se localiza el equipo de la ciudad, el Varese que tiene el récord de haber jugado 10 finales consecutivas en la Copa de Europa, de las que ganó cinco, además de dos Recopas, 10 Ligas y cuatro Copas de Italia.
Una vez en el interior de semejante construcción, pregunté por Claudio Terrestre. "Sí, sí, trabaja aquí... Pero no hoy. Mañana estará todo el día aquí... Le avisamos que usted estuvo...", fue la gentil respuesta.
Me fui al hotel, me di una ducha, descansé un rato y volví a llamar a Claudio... Y otra vez sin respuesta. Todo esto lo cuento para que vean que, a veces, no es tan fácil como puede sonar la idea de buscar villamarienses en Europa.
Pero al otro día, finalmente lo encontré. Fui directo a donde estaba trabajando y lo vi en su salsa. Unas 30 personas se movían al ritmo de la música latina y él, desde un escenario bajo pero importante, daba las consignas y movía su cuerpo con gran destreza.
Lo observé casi una hora y él me vio de lejos y me levantó la mano. Cuando terminó, nos fundimos en un abrazo. "Perdoná, pero cuando trabajo no contesto el celular, ni interrumpo una clase. Primero, el laburo... Es que me ha costado mucho ganarme el respeto de todos. Soy un profesional que gano mi dinero con honestidad y el tiempo que ellos pagan se los brindo hasta el último segundo. Me alegro de que hayas venido a verme y registrar una parte de mi vida, lejos de la Villa... Recuerdo que muchos se reían de mí en Kabranka, cuando bailaba solo en medio de la pista vacía. Yo quería bailar todo el tiempo. Me inspiró Travolta en la peli ‘Fiebre del sábado a la noche’… ¿Te acordás?”, me dice, y no espera la respuesta. "Con 18 años y una bolsita con muy poquitas cosas me marché de casa, junto a dos amigos, rumbo a Brasil. Fuimos de vacaciones, pero una vez allí les dije a los dos: yo no vuelvo. Me quedo aquí a trabajar en lo que sea, pero mi destino es bailar en la tele. Y luego de golpear varias puertas, una se abrió; y de dormir en un banco de la plaza pasé  a una piecita y de esa piecita me vine a Europa... ¡Y ya hace casi 30 años!", se emociona.
Claudio Terrestre hizo todo con mucho esfuerzo, pero siempre siguiendo un objetivo claro. Ahora, después de verlo y de charlar con él, puedo decir que ha logrado cosas importantes en un país increíble como es Italia.
Esta entrevistas me ha dejado más que el encuentro de un villamariense en Europa. Tengo muchos pensamientos sobre los objetivos en la vida, el “qué dirán” y las convicciones… y probablemente, como en las fotonovelas, la historia "continuará".
*Productor y conductor del programa “De aquí, para allá”, de Canal 9 Mirate, y colaborador de EL DIARIO, desde Europa