Un alumno de sexto año de una escuela secundaria de la ciudad deberá gastar unos 15 mil pesos entre viaje de egresados, fiesta de fin de año y todas las erogaciones complementarias que estas dos clásicas actividades demandan.
Lógicamente, viajar a Bariloche se lleva el mayor porcentaje del presupuesto. Por ejemplo, para un alumno de la promoción del Trinitarios cuesta $8.200 pesos, mientras que, en el caso del Rivadavia, el monto es de $10.200, porque el recorrido incluye las ciudades de Esquel y San Martín de los Andes, pero también en ese monto, que fue presupuestado a principios de año, se contemplan fotografías y videos de la fiesta y una gigantografía, más dinero extra para el viaje que el colegio realiza a Tecnópolis cada año.
En ambos casos, las clásicas rifas son la posibilidad de financiar el viaje que tienen los alumnos, aunque todos los consultados reconocen que es prácticamente imposible vender 30 números a más de 300 pesos cada uno. “Siempre te las terminás comprando vos o los familiares”, fue la respuesta unánime.
Pero, además del costo neto del viaje, los alumnos estimaron que deben llevar, por lo menos, entre dos mil y tres mil pesos más, ya que “unos 300 pesos por día te gastás, sobre todo en los boliches”.
Para paliar estos costos, las comisiones de padres trabajan generando posibilidades de ingresos extras, casi siempre mediante la venta de comida como polladas, locro, pastafrolas, empanadas y demás, pero, reconocen los próximos a egresarse, es “difícil de vender y cansador”.
También, las promociones organizan fiestas nocturnas para que los alumnos puedan ganarse algunos pesos más con la venta de esas entradas.
Las alternativas de muchos fue buscar un trabajo que sea compatible con los cargados horarios escolares para paliar estos costos.
Para la fiesta, se gasta mucho en ropa
Las tarjetas para la fiesta de egresados cuestan entre 250 y 280 pesos por persona, por lo que si una familia tipo quiere acompañar a su hijo en esa noche de gala, deberá desembolsar por lo menos mil pesos para estar presente.
Los alumnos del Trinitarios, por ejemplo, deben abonar 700 pesos para la organización de la fiesta y la tarjeta le cuesta 100 pesos a cada uno. En el caso del Rivadavia, esos costos corren por cuenta del colegio, que organiza la velada en el salón Bomarraca.
Como gastos clásicos para esa noche deben contarse principalmente la vestimenta.
Para las mujeres, la confección a medida del soñado vestido de promoción parte desde los dos mil pesos, sin contar el gasto de la tela para la realización del mismo.
En el caso de los varones, por ejemplo, el alquiler de un traje hasta antes de agosto rondaba los $500, monto que aumenta a medida que se acerca la fecha en cuestión.
Los cálculos son aproximados y se podrían incrementar mucho más si se tuvieran en cuentan la compra de ropa para el viaje, la ropa para familia para la noche de fiesta o peluquería en el caso de las mujeres.