Un día se fue en búsqueda de nuevos horizontes y, tras varios años con una enorme experiencia acopiada en lo que siempre le gustó desde chico, el golf, regresó al país y hoy alterna su residencia en el barrio San Juan Bautista de Villa María con el ejercicio pleno de su actividad docente en cuatro clubes.

Concertamos la charla y empezaron a fluir raudamente las preguntas, respuestas y anécdotas.
 

- Contanos un poco tu trayectoria

- “Cuando llegué a ser scratch (0 de handicap) por primera vez para un jugador aficionado del Villa María Golf Club decidí hacerme profesional. Trabajé en Bell Ville, primero, luego algo en Villa María y comprendí que debía buscar otros horizontes. Mi primer trabajo grande fue en el Club Tacurú de  Misiones en 1997. Después de cinco años me vine a Córdoba al Jockey Club. Ahí tuvimos un emprendimiento con el “Yarará” Ernesto Tagle con quien tenemos una amistad de toda la vida. Creamos la Major Golf Academy (MGA). Buscábamos cambiar la enseñanza del golf y nos fue muy bien. A partir de allí decidí marchame a Europa. Primero, en Madrid; después, en casa de mi primo Marcos Debiaggi en Málaga hasta que me decidí a ir a Barcelona donde ya Lionel Messi daba que hablar mucho por su gran habilidad. Primero estuve en el Club Golf Motjuitch (donde se corría la Fórmula 1), del tipo “pitch and put” y de ahí fui al Golf Club de Barcelona con más de 1.200 socios donde me quedé ocho años como uno más de cuatro profesionales y al cabo de unos años pasé a ser el director de la escuela del club con cerca de 80 alumnos menores hasta que decidí regresar.”
 

-¿Qué diferencia encontraste entre tu experiencia europea y la enseñanza en la Argentina?

- “Me llevé una sorpresa muy grande. Aquí se está trabajando muy bien en la enseñanza y no veo grandes diferencias. Hoy está todo muy globalizado. Al volver heredé un puesto laboral de mi único profesor que fue el “Gordo” Raúl Ronsano en el Club Unión, de Alicia, y con Ernesto Tagle hemos refundado aquella MGA y tenemos el control de cuatro escuelas de golf: la ya citada de la localidad de Alicia, la de Villa Allende, la del Jockey Club de Córdoba y el Jockey Club de San Francisco. Trabajamos toda la semana a full. Hemos iniciado un proceso que difiere de la pasividad de esperar que la gente vaya a un club a interesarse por el golf. Por eso implementamos ir a la búsqueda de los potenciales deportistas generando espacios en instituciones, escuelas, gremios, asociaciones barriales, empresas, etcétera.”
 

- Me parece muy bueno porque hay que comenzar desde abajo, como una casa, empezando por los cimientos, ya que lo único que se empieza por arriba son los pozos. Decime, ¿cómo ves al golf villamariense?

- “Voy poco al club, de modo que no puedo opinar si hay un gran nivel o no de los jugadores, pero me llevé una grata sorpresa: después de 20 años de haberme ido veo que el club ha crecido mucho en jugadores, movimiento y funcionamiento. Nunca en aquellos tiempos se llenaba la playa de estacionamiento y veo muchos chicos en la Escuelita, es muy bueno.”
 

- ¿Tu jugador profesional preferido?

- “Jugué como profesional y me dediqué a la docencia. Hoy me inclino por su swing, por su armonía y sencillez, alguien que  no es el número 1: el norirlandés Darren Clark. Sobre Tiger Woods, es un fenómeno. Quien conoce de golf y ve que Tiger estuvo más de 10 años al tope del ranking y cuando dejó de serlo lo recuperó y sigue inamovible al tope, lo sabe bien. No es el mejor swing del mundo ni el pegador más largo del mundo, pero él tiene la cabeza, la mentalidad y la psicología más grande del mundo.”
 

- Por último, un consejo a los chicos y a los padres.

- “Que entiendan que el golf es un juego, algo lúdico con lo que hay que aprender a divertirse, respetando por sobre todo las reglas y evitar las presiones que siempre terminan siendo negativas. Para ser un buen golfista hay que empezar siendo una buena persona.”

Este es Pablo Monetti, nuestro primer scratch. Tiempo después también llegó a 0 de handicap Julio Eduardo Irastorza y luego, nunca nadie más.

 

Para recordar
 

Con Pablo jugamos juntos una vez en la categoría 17 a 24 los segundos 18 hoyos. El autor de esta nota hizo +17 en la ida y, por primera y única vez  en su vida, un score de 2 sobre el par los últimos 9 hoyos y, con ello, le ganó a Pablo por desempate automático. Pablo no lo recuerda bien por aquello de que -según él mismo-  “los que salen segundos siempre se olvidan...” 

Finalmente podríamos terminar diciendo que “el golf es una escuela de vida en la que cumplir y hacer cumplir las reglas es hacer bien los deberes”.