En los últimos años la cirugía plástica se ha extendido a una proporción cada vez mayor de la población. Mientras antes las intervenciones de este tipo eran posibles para unos pocos, la estética se ha hecho cada vez más accesible para las personas en general, por diferentes motivos que van desde sus costos hasta la multiplicidad de oferta de alternativas.
También se han ido generando nuevos “nichos” de pacientes, muchos de ellos inimaginables años atrás cuando existía un modelo muy concreto de “paciente tipo” de cirugía estética. Tal vez una de las mayores sorpresas en este sentido ha sido el notorio incremento en la cantidad de pacientes hombres que se animan al bisturí, pero también hay otro segmento impensado hasta hace no mucho tiempo: el de los pacientes -sobre todo mujeres- mayores de 50 años.
Para entender esta tendencia debemos centrarnos primeramente en el contexto en el que se da este “fenómeno”. En tal sentido debemos reconocer que la población, en general, ha mejorado marcadamente su expectativa de vida. En otras palabras, se vive más y, en general, mejor. De esta manera, cada vez hay más personas grandes que están sanas y que aspiran a tener una apariencia más joven.
Entonces, no sólo ha aumentado la expectativa de vida, sino también de “buena vida”, lo que implica que la persona en la adultez, y aún con mucho por vivir, busca mantenerse con una estética joven o bien revertir los procesos de envejecimiento que la han afectado.
Hasta hace no mucho, tanto el hombre como la mujer de más de 50 años no prestaba ya mayor atención a su apariencia; no le interesaba si tenía arrugas o un rollito de más. Pero hoy, como parte de la evolución social -siempre influenciada por los medios de comunicación- la cuestión estética es hasta un requisito ineludible en algunos puestos de trabajo. La exigencia social, y los modelos que ésta nos presenta, nos obligan a vernos bien para que nos sintamos bien y para poder responder a los estereotipos actuales.
Los cinco principales motivos que impulsan esta decisión
En estos casos de mayores de 50 que pasan por el quirófano, el factor de contagio social es determinante. De hecho, la estética es hoy un tema de conversación casi ineludible. Muchas personas hablan abiertamente de los procedimientos que se han realizado, y lejos de sentirse avergonzadas generan contagio en sus pares, quienes consideran la cirugía o a los procedimientos estéticos en general como una herramienta para revertir el paso del tiempo.
Existen también las objeciones, ya que muchas mujeres de más de 50 años tienen hijos adolescentes o ya adultos y éstos en general no están de acuerdo con que su madre cambie su apariencia, sobre todo los hijos varones. Esto hace que muchas veces la consulta inicial se demore, pero en general al llegar al consultorio la mayoría de estas personas ya está decidida.
Los cinco motivos más habituales por los que nuestros pacientes de más de 50 años llegan hasta nuestro consultorio son:
1) Una situación conflictiva con la pareja, que lleva a compensar dicha situación.
2) El momento del pos-divorcio, cuando el hombre o la mujer decide recuperar su espacio.
3) El momento en el que los hijos se independizan, y se genera mayor tiempo libre.
4) La presión laboral, sobre todo cuando la mujer ve amenazada su continuidad ante compañeras de trabajo más jóvenes que puedan remplazarla.
5) O simplemente porque buscan corregir algún “defecto” que les molesta, para verse y sentirse mejor. Es algo muy personal.
Las cirugías más pedidas
Debemos decir que en el caso de la mujer, es una tendencia extendida la de buscar verse mejor. Este segmento femenino solicita en general los siguientes procedimientos:
- Levantamiento de mamas: en muchas ocasiones es acompañado de aumento de volumen.
- Rejuvenecimiento facial: tanto quirúrgico como no quirúrgico. En el caso de los procedimientos quirúrgicos, el lifting y las cirugías de párpados ocupan el primer lugar, mientras que en lo no quirúrgico se destacan el bótox, el relleno con ácido hialurónico y el Plasma Rico en Plaquetas.
- Lipoaspiraciones: están también quienes buscan eliminar grasa de partes muy concretas de su cuerpo, no sólo del abdomen y cintura sino muchas veces también de brazos, caderas y miembros inferiores.
- Lipotransferencias: consiste en quitar pequeñas cantidades de grasa de distintas zonas corporales y reinyectarla en cara o glúteos.
Pero lo más pedido es todo lo referido a cara y busto, ya que lo corporal es más bien buscado por las mujeres de entre 20 y 45.
En el caso del hombre, podemos tratar una sub-franja después de los 50. Los pacientes masculinos de esta edad son habitualmente personas de un nivel socio económico medio alto, que en general están muy expuestos social y laboralmente.
Los hombres habitualmente solicitan procedimientos mini-invasivos, tales como cirugías de las bolsas de los párpados, adiposidades localizadas en cintura y/o abdomen, acumulación de grasa en la zona pectoral, implantes capilares; bótox para relajar la expresión del tercio superior de la cara, rellenos con acido hialurónico para corregir depresiones o arrugas profundas, peelings para mejorar la calidad de la piel, etcétera.
La mayoría de estos pacientes son deportistas y ocupan puestos laborales importantes, con alta exposición, por lo que requieren verse bien y necesitan una reicorporación rápida a sus tareas habituales. Debe primar un buen criterio y destreza del profesional actuante para lograr resultados naturales.
¿Son necesarios cuidados especiales en pacientes adultos?
Los requisitos que se deben cumplir ante pacientes de más de 50 años, a la hora de una cirugía, son los mismos requisitos generales de cualquier cirugía a cualquier edad: que estén en buen estado de salud y sin enfermedades de base importantes.
Sí hay que ser un poco más exhaustivos con los exámenes pre-quirúrgicos y hacer más hincapié en las posibles enfermedades de base, en el estado de salud general y no correr riesgos innecesarios.
Por otra parte, en muchos casos se solicita la combinación de varios procedimientos al mismo tiempo. Para esto es fundamental el buen criterio profesional para indicar este tipo de procedimientos sin aumentar el riesgo de complicaciones.
El mismo paciente, a esa edad, suele preguntar mucho más acerca de los posibles riesgos de la intervención y, en general, tienden a ser más criteriosos y más responsables en los cuidados posteriores, obedeciendo a todas las indicaciones pos-quirúrgicas.
Dr. Roberto Martínez Rinaldi
MP 20.951 - ME 8.237
Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva