En la última semana, funcionarios del área de Economía de la Municipalidad mantuvieron reuniones con los productores que tienen o alquilan campos en lo que pasó a ser zona urbana después de la ampliación del ejido de la ciudad.
Cabe señalar que Villa María contaba con aproximadamente 2.500 hectáreas urbanas y luego de la ordenanza, hay 8.500 hectáreas en total, lo que significa que se triplicó el espacio de la ciudad.
Esas 6.000 hectáreas que eran campos destinados a la agricultura, ganadería y lechería son ahora parte de la ciudad, con las normas que rigen, con el cobro de tasas municipales incluidas.
Tal como informáramos oportunamente, un grupo de productores presentaron un recurso administrativo el 3 de febrero último, el que todavía no tuvo respuesta de la Municipalidad.
El reclamo habla de la “ilegitimidad del cobro de tasas que no tienen contraprestación en servicios”, explicó Ignacio Castelar Blanco, abogado que patrocina a alrededor de seis productores de la zona afectada. También reclama la exención de las tasas hasta tanto presten algún servicio y el no vencimiento de las cuotas.
“Estuvimos reunidos y nos dijeron que estaban trabajando en el tema”, indicó. “Pero todavía no hay una respuesta formal”, agregó el letrado consultado.

Faltan datos

Trascendió que a la Municipalidad le faltan datos para identificar a alrededor de 150 que serían los propietarios de las 6.000 hectáreas que un poco en broma y otro poco en serio, llaman de “campos urbanos”.
Es por eso que todavía no les ha llegado a todos la Tasa de Servicios a la Propiedad, pero de todas maneras, van generando una deuda con el municipio.
El otro problema con el que se enfrentan los productores es que la mayoría de las actividades agropecuarias exige el uso de agroquímicos que son incompatibles con la zona urbana según la ley provincial que regula el uso de esos productos.
En definitiva, los propietarios de esas tierras se encuentran en la disyuntiva de cambiar la actividad, perdiendo rentabilidad en la transformación.