El director General de Estudios y Proyectos del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la provincia, Juan Pablo Brarda, recibió días atrás a dos vecinos del Comité Vecinal conformado por barrios de Villa María y Villa Nueva y ayer dialogó con EL DIARIO.
Indicó que a los ciudadanos se les brindó una cronología de los hechos suscitados en el verano pasado -que derivó en una histórica creciente del río Ctalamochita-, dijo que tuvieron una conversación fructífera y valoró el encuentro cara a cara con los habitantes.
En este marco, subrayó la dimensión del fenómeno meteorológico que impactó en febrero en el sistema hidroeléctrico de Río Tercero, aseguró que no se pondría en riesgo a localidades río abajo por colocar al Embalse lleno como atractivo turístico y reveló que el dragado del Ctalamochita en esta zona sólo comprenderá dejarlo en la situación en la que estaba previo al desastre, no a un cauce más profundo.
Recordó que el Embalse de Río Tercero es el regulador de la crecida (hizo la analogía de que es un “balde”) y el Dique Piedras Moras (“un vaso”) es compensador, regulando las erogaciones que llegan desde las centrales hidroeléctricas para mitigar el impacto aguas abajo.
Según aseguró, en los días previos a lo ocurrido, el volumen de agua estaba “aproximadamente 2,80 metros por debajo del vertedero” del Embalse, pero en 12 horas el panorama cambió drásticamente.
“En la noche del 14 de febrero comenzó a llover en casi la mitad de la cuenca, fue una situación regional, de 200 milímetros, lo que generó más de tres mil metros cúbicos por segundo”, especificó Brarda, quien señaló que a raíz de este fenómeno en 12 horas comenzó a derramar agua por sobre el vertedero.
En este contexto, el funcionario aclaró que si bien se conocían los pronósticos de lluvia, no se la esperaba en esta magnitud.
Brarda puso énfasis en indicar que de tres mil metros cúbicos por segundo que ingresaron al sistema, sólo se evacuaron 400 metros cúbicos por segundo río abajo. “Es decir, se redujo la cuestión a su mínima expresión, a un 10%”, resaltó.
Añadió que con el Embalse ya lleno, el tiempo no dio tregua y continuó lloviendo “hasta prácticamente fines de marzo”, lo que fue acotando los márgenes de manejo del caudal y por momentos se descargó más de 400 metros cúbicos por segundo. “La cuenca ya estaba saturada, ya no había capacidad de regular”, aclaró.
Para graficar más el cuadro, especificó que todo el sistema hidroeléctrico de Río Tercero “tiene una capacidad o volumen de 1.000 hectómetros cúbicos”, precisamente lo que generó todo el caudal registrado por esos días.
“En casi dos meses se generó en la cuenca casi el mismo volumen que tiene todo el sistema para regular. Para que quede claro: un Embalse, cuando se lo construye, se espera se llene en dos a cuatro años, y con lo sucedido se llenó en dos meses”, puntualizó.
Las tareas en Villa María
Consultado sobre las acciones emprendidas en el presente en esta localidad, explicó que la Municipalidad se acercó al Ministerio a solicitar ayuda “y se ha generado una defensa en la margen izquierda” del Ctalamochita, tal como ha venido reflejando EL DIARIO.
“Ahora -reveló- emprenderemos con Villa Nueva una defensa similar en esa ciudad, con la intención de evitar potenciales anegamientos”, apuntó.
Confirmó que “hay pronósticos de lluvia para octubre-noviembre, sin certeza de su magnitud, y trabajamos para que el fenómeno (del verano pasado) no ocurra; quizás crecerá el río, pero no queremos que haya inundaciones”.
Cuando se le preguntó si los terraplenes villanovenses tendrán la extensión de los de Villa María, señaló que “en principio no es sobre la margen, sino una defensa lateral, para encauzar el agua sobre alcantarillas de ruta 2”.
En cuanto al dragado, ante el interrogante periodístico manifestó que “el municipio solicitó autorización para intervenir sobre el río ante el depósito de mucho material”, y que se le concedió “rápidamente una autorización de manera precaria, durante seis meses, lo que luego se hizo extensivo a Villa Nueva”.
En este tema, Brarda afirmó que lo que se busca es “restituir las condiciones normales del cauce, extrayendo material y depósitos a fin de lograr la sistematización del mismo”.
Cuando se le hizo preguntas sobre esta obra y se le planteó si el cauce quedará más profundo, contestó: “Siempre digo que los ríos son seres vivos, tienen vida, se modifican, crece su lecho, genera vegetación y muere otra, cambia su dirección. No podemos intervenir en gran medida sobre la naturaleza. Hasta quizás, de hacerlo, nos jugaría en contra. Debe ser mínimo (lo que se hace) para restituir las condiciones anteriores”.
También remarcó que el río está en su lugar “desde mucho tiempo antes” de la urbanización de sus márgenes, y se refirió a la mala planificación de crecimiento y a la falta de respeto del área de influencia de estos cursos naturales.
-¿Podría haber existido un menor nivel de agua en el sistema cuando se generaron estas precipitaciones?
-También podríamos plantearnos si pudiese haber habido más agua. Había pronósticos de lluvia, sólo eso. Si usted me consulta esto, es porque no se entendió o no fui claro en las explicaciones sobre lo que ingresó y lo que salió.
-El intendente Eduardo Accastello ha hecho declaraciones en ese sentido.
-No me puedo poner a discutir eso. Si entraron tres mil metros cúbicos por segundo y salieron 400 metros cúbicos estoy ilustrando lo que se ha hecho. Además, el Embalse cumple varias funciones, no sólo de turismo como se dijo. Sirve para el enfriamiento de la Central Nuclear de Embalse, para agua potable, entre otros objetivos. Bajo esas circunstancias (de pronósticos de lluvias) el turismo no es el condicionante para el manejo del embalse.
Sobre el final, añadió que la capacidad de verter del Piedras Moras es de 2.400 metros cúbicos por segundo, pero se erogó sólo entre 400 y 500 metros cúbicos (los picos de la creciente) en esa oportunidad.
Diego Bengoa