Con el dolor de la final perdida, pero con la “conciencia tranquila” por todo lo que le aportó al fútbol local y regional. Así, con sus 36 años, se retiró el viernes por la noche de Plaza Ocampo Rodrigo Liendo (foto), quien jugó los últimos minutos dentro de un campo de juego como jugador, cerrando así una elogiable carrera deportiva.
El “Tanque” brilló donde estuvo, no sólo con su estirpe de jugador, sino como persona. Y por ello se ganó el respeto de sus colegas, de los entrenadores y del periodismo.
Y toda esa enseñanza la seguirá abocando en la conducción técnica, papel que viene desempeñando en los últimos años dirigiendo en las inferiores del Club Universitario.
Por lo tanto, con la sensibilidad del momento particular, en diálogo con los medios presentes dejó las siguientes apreciaciones de lo que fue su último acto como jugador:
“Gracias a Dios mis padres me incentivaron a jugar al fútbol y he hecho grandes amigos en este deporte. Me voy con la conciencia tranquila de que me he portado bien por donde he pasado, he dejado todo y traté de hacer lo mejor por cada club en donde estuve”.
“Más allá de todo lo que me tocó vivir adentro de una cancha, lo mejor que te deja el fútbol son los amigos”.
“En el inicio de este camino uno sueña con jugar en Primera. Algunos tienen la suerte de poder hacerlo y otros no, pero lo que te queda de todo esto son las amistades, ir a un pueblo donde jugaste y que todos te saluden y te recuerden con buena cara. En definitiva, que se acuerden más de lo que fuiste como persona”.
“Ahora voy a seguir trabajando con las inferiores, algo que me demanda tiempo, así que me voy a dedicar de lleno a eso y ver en que puedo colaborar con el plantel de Primera división de Universitario”.
“Voy a seguir muy ligado con el club (Universitario) desde muy adentro y espero que las cosas salgan bien”.