Evidentemente que con el resultado puesto la fiesta no pudo ser completa para los villamarienses, pero desde temprano la ciudad palpitó con mucha esperanza y colorido la presencia de Argentina en la final de un Mundial luego de 24 años.
En una reconocida panadería, sus empleadas atendieron a los clientes vestidas con la camiseta de la selección nacional.
Pasado el mediodía, alrededor de cuatro mil personas se acercaron al Anfiteatro Municipal para seguir la gran final entre Argentina y Alemania. La apertura de las puertas del “coloso de cemento” se produjo a las 14, pero una hora antes ya podía observarse a gente aguardando para ingresar en busca de las mejores ubicaciones.
El evento, organizado por el municipio local, comenzó con la actuación de “Banda Latina” y luego apareció en escena una murga animada por el locutor Martín Gauna, que cantó junto a la gente canciones típicas de cancha y repartió cotillón con los colores celeste y blanco.
Esas trompetas y gorros, que se sumaron a la gran cantidad de banderas y bombos que el público llevó, hicieron que en las gradas del coliseo local el ambiente generado fuera de tribuna ciento por ciento futbolera, con cánticos, aplausos y un constante aliento hacia los guerreros argentinos que todo lo dejaron en el Estadio Maracaná de Brasil.
Claro que el gol alemán, a falta de pocos minutos para ir a una nueva definición por penales, fue un golpe muy duro de soportar, pero la gran cantidad de público presente permaneció tranquila en el lugar hasta la culminación del partido y luego se quedó a escuchar las declaraciones de Sabella y Mascherano, a quienes ovacionaron con un cálido aplauso de despedida y agradecimiento por la campaña realizada.
Lejos de allí, en el centro de la ciudad, la esquina de Buenos Aires y San Martín volvió a convertirse en clásico punto de encuentro de los villamarienses. En ese lugar, a pesar de no haber podido alcanzar el título, cientos de hinchas se reunieron para flamear sus banderas y cantar al ritmo de “Vamos, vamos, Argentina...”.