El miércoles último un sólo vecino se presentó a plantear aspectos en torno a temas económicos de la Municipalidad (balance y toma de créditos), que, por su importancia, se tratan en doble lectura y con audiencia pública para escuchar las opiniones de los ciudadanos, tal como lo exige la Carta Orgánica.
Daniel Azcona, candidato a presidir la Unión Cívica Radical (UCR) de Villa María, envió una carta indicando, entre otras consideraciones, que la falta de información hacia los vecinos de parte del oficialismo le daba “vergüenza ajena”.
Ante esa nota, los concejales del Frente para la Victoria (FPV) - Unión por Córdoba remitieron una carta a EL DIARIO para responder al dirigente radical.
“Dos cosas hay que informarle en virtud de las audiencias públicas: 1º) Qué son y cómo se desarrollan según lo expresa la Carta Orgánica Municipal y las ordenanzas que regulan las mismas; y 2º) Quiénes tienen la facultad y responsabilidad sobre ellas.
A los fines del apartado primero, hay que decir, que las audiencias públicas están concebidas, entre otros objetivos, para que los vecinos puedan expresar su parecer sobre diversos temas de interés comunitario. Allí son los vecinos los que hablan y los concejales los que toman nota de esas opiniones, observaciones u objeciones a los temas en discusión. Las audiencias públicas no se proponen como un debate, sino como una instancia donde los vecinos pueden expresar su parecer sobre los temas convocados, por ello es que los concejales no pueden ampliar el debate sobre las opiniones expresadas en esta instancia ni responder a consultas porque, como ya hemos dicho, son los vecinos los que tienen la palabra para sugerir, objetar, proponer, etcétera.
Esto ya supone la respuesta a la segunda cuestión: ¿quiénes tienen responsabilidad sobre las audiencias públicas? ¿Es sólo el oficialismo? ¿No le cabe esa responsabilidad también a los miembros del Gobierno pertenecientes a la minoría? Definitivamente, la responsabilidad de la convocatoria no es sólo del oficialismo y sus órganos administrativos, sino que lo es, en el caso del Concejo Deliberante, de cada uno de los concejales del oficialismo y de las minorías. En ese sentido, más que vergüenza ajena, debiera darle vergüenza propia al candidato radical que fue en carácter de “observador”, según sus propias palabras, y lo cumplió porque no participó, salvo por la intervención mediática fuera de la audiencia y que motiva esta respuesta.
El señor Azcona, no se hace cargo de la responsabilidad que tiene como “candidato” a miembro conductor de un partido político, la que es informar a los vecinos o, por lo menos, “a esa parte de la sociedad que representa...” y que, según él, estaría “asqueada”. Asimismo, intenta trasladar al oficialismo todo el peso de la poca participación en estas audiencias, dejando de lado y evitando voluntariamente la responsabilidad que le toca y haciendo todo lo posible por evadir la inobjetable participación ciudadana en un sinnúmero de programas y políticas de Estado municipal que exigen y promueven dicha participación. Su deseo de querer hacer creer que porque hay poca gente en una audiencia pública, la “sociedad villamariense” no participa, es una mirada tan poco objetiva y fuera de la realidad como desprovista de un serio análisis y con un claro sesgo de egoísmo partidario por parte de Azcona.
Por otro lado, el auditor general no tiene por qué expedirse sobre el balance municipal, dado que no se encuentra facultado para ello. Exigirle esto es violar sus obligaciones detalladas por la Carta Orgánica Municipal y ordenanzas específicas que regulan su función.
Para culminar y analizando cada expresión, la audiencia pública transcurrió según lo enmarca la Carta Orgánica Municipal y todos los mecanismos que establece la ley vigente están siendo respetados”, concluyeron.