Un sábado de agosto, bien entrada la tarde, Luis Bonancea estaba asistiendo el parto de uno de los ejemplares de su cabaña de cerdos ubicada en Oliva, cuando vio algo que nunca había imaginado. “El cerdo era de cuerpo normal, de 1,700 kilos, pero con una cara parecida a la de un elefante”, indicó.
Consultó inmediatamente al veterinario, quien le explicó que no tenía posibilidades de vida por carecer de vía de alimentación y tuvo que sacrificarlo.
EL DIARIO Rural consultó con un veterinario de esa ciudad, Miguel Grassani, quien aclaró que no había visto al ejemplar pero explicó que hay varias posibilidades. “Hay algunos virus que si afectan a la madre en el momento de la gestación causan rinitis atrófica que hacen que sea parecido a una trompa de elefante. Son malformaciones que se dan no sólo en cerdos, sino también en bovinos”, dijo.
En el caso de los bovinos ha visto malformaciones de ejemplares “con dos cabezas o los ‘terneros patos’ que se caracterizan por tener patas cortas”, dijo.
Grassani reiteró que no puede saber a ciencia cierta lo que ocurrió con el ejemplar de la cabaña de Bonancea, pero descartó de plano “lo que se dice por ahí, que se trata de una cruza de una cerda con un elefante. Eso no es posible”.
Bonancea no había dado mayor trascendencia al asunto hasta que el humorista de Cadena 3 actuó en Oliva y contó algo parecido inventado por el personaje Fabuletti.
“Mario después me pidió el teléfono lo pasó a la Cadena 3 y de ahí salió como noticia”, dijo Bonancea, sorprendido de la trascendencia del hecho que si bien no es usual, está dentro de las posibilidades que ocurra.