A requerimiento del fiscal Francisco Márquez y luego de un acuerdo con el abogado defensor Eliseo Boiero, el camarista Félix Martínez le impuso ayer una pena de 10 años de prisión efectiva a un tambero de Tío Pujio que, desde 2009 y hasta principios de 2014, abusó sexualmente de una menor de su entorno familiar.
La condena recayó en Lucio Cardozo, un entrerriano de 43 años de edad que confesó haber sometido a tocamientos y manoseos impúdicos a la hija menor de quien era su concubina, en la vivienda rural que la familia de la víctima ocupa en cercanías de la vecina localidad.
La confesión lisa y llana de los hechos posibilitó que el juicio se realizara bajo la modalidad de “trámite abreviado”, es decir, sin la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen de Villa María, circunstancia que impidió la revictimización de la niña abusada.
El marco legal
Sin embargo, Cardozo no pudo evitar que la condena fuera elevada, ya que el mínimo de uno de los delitos que se le atribuían tiene una escala penal que arranca en los 10 años de prisión.
En efecto, este disoluto hombre de campo fue declarado culpable de “abuso sexual simple”, pero agravado por la situación de convivencia, en concurso ideal con “corrupción de menores”, a tenor de lo establecido por los artículos 119 y 129 del Código Penal de la Nación.
Para más datos, el referido artículo 125 precisa que “el que promoviere o facilitare la corrupción de menores (…), cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de 10 a 15 años, cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o guarda”.
No la violó
Si bien el debate oral se realizó a puertas cerradas por tratarse de un hecho de instancia privada (con lo cual no se permitió el ingreso de los medios de prensa al recinto), pudo saberse que la menor no fue accedida carnalmente, tal como lo constataron los estudios médicos a los que fue sometida ni bien se denunciaron los abusos ante la Policía de Tío Pujio, en primera instancia, y luego en sede judicial.
Cardozo está detenido desde el 28 de enero pasado (es decir que el próximo lunes cumplirá seis meses “a la sombra”), tras haber sido denunciado por una de las hermanas de la niña abusada.
También trascendió que, en principio, la madre de la menor se negaba a creer que su pareja hubiera cometido los hechos que relataba su hija, pero luego de advertir en ella una serie de conductas atípicas, terminó por comprender que algo grave estaba sucediendo.
Todos los abusos fueron cometidos entre 2009 y los primeros días de 2014 (en fechas no precisadas, pero de manera reiterada), en el campo donde vivían y trabajaban Cardozo, su concubina y las hijas de la mujer, lugar en el que la familia estaba a cargo de las tareas del tambo desde hacía mucho tiempo. Asimismo, cabe señalar que la menor tenía 8 años cuando comenzó a ser sometida a los vejámenes sexuales.
Por otra parte, pudo conocerse que el ahora condenado entrerriano se radicó en la zona rural de Tío Pujio hace poco más de una década y que siempre se dedicó a la actividad agropecuaria como peón de campo.
Preso hasta...
En principio, Cardozo deberá estar en la cárcel hasta fines de enero de 2020, fecha en la que completará las dos terceras partes (seis años y ocho meses) de la condena impuesta en la víspera para, recién entonces, solicitar la “libertad condicional”.
Sin embargo, el citado beneficio excarcelatorio no se aplica de manera automática, sino que al momento de ser requerido se evalúan el comportamiento disciplinario del presidiario, quien además es sometido a una serie de pericias para determinar si está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Aún así, en los casos de abuso sexual la Justicia es mucho más estricta que para otros delitos y, generalmente, desestima los pedidos de condicional, por lo que los condenados suelen pasar más tiempo entre rejas.