Escribe Jesús Chirino
Hace tiempo viene hablándose de proyectos para su reapertura que permitirían rescatar una construcción cara a la identidad de la ciudad.
Orígenes
Para pensar la importancia que ha tenido el túnel en la vida diaria de la localidad debemos imaginarnos el rodeo que debían dar los vecinos para pasar de un lado a otro del predio ferroviario que cerraba el paso a lo largo de cinco cuadras, desde la calle Entre Ríos hasta San Juan. También debe recordarse que detrás de la estación ferroviaria existían vías y había vagones. Es decir que ese predio dividía la localidad. Ante ese problema, similar al que sufrían otras poblaciones, Villa María lo solucionó de una manera original y en eso reside mucho del valor de esa construcción. Acerca de cuándo fue construido no existe una fecha precisa. María del Carmen Rodríguez escribió una historia del lugar en el año 1971, publicada entonces por “El Popular”, donde plantea diferentes hipótesis acerca del tema, pero en ningún caso se tiene certeza suficiente para afirmar que se construyó en tal o cual fecha, pero sí puede sostenerse que existe desde principio del siglo XX. Bernardino Calvo en su libro “Historia de Villa María y sus barrios” dice que la primera referencia documental al túnel aparece en el año 1904, una carta del intendente municipal al jefe de la estación ferroviaria reclamando por el “estado de abandono” del servicio de alumbrado en el lugar. Con fecha anterior se encuentran notas que hablan del proyecto de un puente para ir desde la actual Hipólito Yrigoyen hasta la avenida Mitre, pero a la vista está que se terminó optando por un túnel.
Tampoco existen muchos datos acerca de los constructores, aunque dado que el ferrocarril dependía de compañías inglesas se supone que arquitectos o ingenieros de ese origen fueron responsables de la obra. Los testimonios que recogió Rodríguez señalan que primero fue construido con material de nuestro país, “pero como no se confió en la resistencia y duración de dicha construcción, ya que sobre ese túnel debían pasar trenes de mucho peso, se volvió a construir, pero esta vez se importó todo el material de construcción desde Inglaterra”. En el referido escrito se sostiene que la construcción está realizada con ladrillos refractarios o lo que le aportaría interesantes propiedades acústicas a ese ámbito subterráneo que tiene alrededor de 82 metros de largo, un ancho de dos metros en la parte inferior y dos metros con 30 centímetros en la parte más ancha y dos metros 50 centímetros de alto. En 1971 tenía dos faroles en los extremos exteriores.
Otro dato que agrega Rodríguez es que “al comienzo sus paredes interiores estaban revestidas de una capa tipo blecke, de color negro, el cual le daba aspecto frío y lúgubre”. Fue el intendente municipal Emilio Seydell, alrededor de 1939, quien encaró la remodelación del túnel colocándole los azulejos blancos que, según señala la mencionada Rodríguez, son de origen inglés.
El nombre de Hermanos Seco fue impuesto mediante una ordenanza del 27 de noviembre de 1987, cuando el Concejo Deliberante era presidio por José Redondo y Horacio Cabezas era el intendente del municipio. El nombre fue impuesto en honor a un grupo de hermanos que llegaron a la ciudad, provenientes de la ciudad de Rosario, para aportar al crecimiento de Villa María.
Los amigos del túnel
El 28 de diciembre del año 2005, EL DIARIO publicó una nota titulada “Celebra sus dos años de existencia la Comisión Amigos de Túnel”. Se refería a un grupo de vecinos que nos habíamos organizado para trabajar en favor de la reapertura y puesta en valor del túnel Hermanos Seco que, tal cual señala el mencionado artículo, había sido cerrado años antes cuando se construyó el subnivel. En el referido artículo se menciona a quienes integraban la comisión (incluido quien esto escribe) “Jorge Torriglia, Matías Gilleta, Alejandro Zayat, Mónica Fornero, Olga Delgado, Evelia Verdenelli, Eduardo Belloccio, Horacio Cabezas, Aldo Ruiz, Lilia Fracaroli, Víctor Fonseca, Carlos Pajón, Jesús Chirino y Marcelo Dughetti”. También se citan actividades realizadas durante esos dos años, como ser “movilizaciones al Deliberante, tomas simbólicas, muestras artísticas, certámenes literarios y preludio de la Declaración de Patrimonio Público”. Pero más allá de lograr alguna que otra promesa y poner en debate el tema de la recuperación del túnel no se lograron muchas cosas.
En el año 1994 el túnel fue declarado Patrimonio Histórico mediante la Ordenanza 3.461, con la firma del entonces presidente del Concejo, Miguel Maceda, y promulgada por Decreto 890 del 30 de agosto de ese año. Pero en 2004, en medio del trabajo que llevaban adelante ese heterogéneo grupo de amigos del túnel, se lo volvió a declarar Patrimonio Histórico y de Interés Municipal.
El tiempo ha pasado, el túnel continúa cerrado. Las promesas se repiten. Quizás la ciudad pronto escriba un mejor capítulo en la historia del túnel.