Escribe Silvina Scaglia, Lic. en Nutrición
La glucosa es el combustible fundamental para la vida y el funcionamiento de nuestro organismo. Por lo tanto es importante saber qué es la hipoglucemia. El vocablo significa disminución (hipo) del azúcar en sangre (glucemia), y en mayor profundidad, la hipoglucemia es el conjunto de síntomas que aparecen cuando el azúcar circulante en la sangre es menor de 50 mg dl, a partir de este nivel las neuronas comienzan a padecer su falta. Con la hipoglucemia se desatan dos mecanismos: primero se activa el sistema nervioso autónomo simpático (responsable de la aparición de palpitaciones, taquicardia, temblores) y segundo, baja el nivel de glucosa en las neuronas que al no cumplir normalmente sus funciones provocan: fatiga, irritabilidad, visión doble o borrosa. Cuando el organismo detecta el descenso de la glucemia trata de contrarrestarlo liberando diferentes hormonas, procurando aumentar la producción de glucosa por el hígado.
Sus causas. Sin duda, los motivos más frecuentes consisten en la acción de elementos exógenos que llevan a un descenso de la glucemia: el consumo de insulina u otros medicamentos, el ayuno, la excesiva actividad física o la ingesta exagerada de alcohol, son algunas de sus causas.
¿Qué hacer cuando se presenta? El mejor control es la prevención. En los casos de hipoglucemia leve (que se manifiesta a través de nerviosismo, mareos livianos, hambre y sudoración), hay que administrar un vaso grande de gaseosa no dietética o dos cucharadas de mermelada o miel. Si la situación es más severa (trastornos visuales, temblores) o no se obtuvo respuesta luego de unos minutos de haber implementado las medidas mencionadas, pueden duplicarse las dosis.
Y si la incoordinación de movimientos es muy grande habrá que administrar directamente azúcar en polvo.