En el barrio Barrancas del Río, sobre la extensión de la calle Tobas que bordea la costanera, hay un cartel de la Municipalidad de Villa María que dice: “Cuidemos los árboles. Ellos son el pulmón de nuestro planeta. Gabinete de Niños, Concejo de Niños 2013”. (ver: Sólo quedan los carteles).
Los árboles están cuidados, es cierto; lo que se descuidó es el entorno: literalmente, un basural con desechos de todo tipo, colores y tamaños.
A 20 metros de ese cartel comienza a vislumbrarse un panorama preocupante desde el punto de vista ambiental. Montañas de ramas, restos de las clásicas podas de la época y de escombros desparramadas a ambos costados y sobre la calle empiezan a dificultar el tránsito por ahí.
En forma aislada, se observan pilas de ramas con humo, como quien ha dejado fuego y se fue.
Montones de bolsas, botellas, cartones aparecen en el paisaje, pero lo más llamativo está a unos escasos metros más adelante. Una enorme cantidad de basura acumulada bloquea totalmente el camino, que se desvía subiéndose sobre la “vereda” para continuar el trayecto.
Detrás de esa pila de desperdicio, hay un pozo de unos 50 metros en donde se puede encontrar desechos en bolsas, electrodomésticos, papeles y las suciedades que pueda imaginar, adornadas por los perros que se pasean en el lugar.
Atravesado ese cráter lleno de residuos, se puede continuar avanzando con el camino normalmente.
Sólo quedan los carteles
En abril de 2012, el municipio informaba que, con fondos de la Nación, comenzaba con la ejecución de un programa para la erradicación de micro-basurales en distintos sectores de nuestra ciudad, siendo el primer lugar a limpiar, una montaña de basura que se encontraba en el barrio Barrancas del Río.
En ese momento, la información decía que los trabajos realizados con personal municipal y maquinaria especial, incluían el retiro de basura acumulada y desmalezamiento, con el principal objetivo eliminar definitivamente la concentración y depósito de basura en lugares no permitidos.
Además de esto, por supuesto, se colocó la cartelería que indicaba lo que se había llevado a cabo.
En agosto de 2013, “unos 130 miembros entre el Concejo y el Gabinete infantil plantaron un centenar y medio de árboles en un terreno del barrio Barrancas del Río que era utilizado por algunos vecinos como un basural”, informó la Municipalidad. Si, el lugar es el mismo que, supuestamente, habían limpiado y erradicado un año atrás o en ese momento la informacíon de que “era utilizado como un basural” fue errónea, o en menos de un año se logró no sólo volver a darle forma a la montaña de basura, sino agravar visiblemente la situación de acumulación de basura y contaminación.
Erradicar ese basural, fue una de las propuestas de campaña de la intendenta de los niños, Araceli Fantino, había reanovacordado Silvia Longo, presidenta de la Universidad Popular, en su momento.
Hoy, los árboles -todavía pequeños palos con tutores de madera- están. La basura, sigue estando. El cartel, también.