La adicción al amor es un trastorno emocional y conductual, en el cual la persona deposita en su pareja una excesiva carga de amor y dependencia, por ello, la relación se torna en una fuente de angustia, frustración y dolor, en lugar de predominar el bienestar.
En la adicción afectiva- trastorno hasta veinte veces más frecuente en las mujeres- existe una dependencia emocional muy intensa con la persona amada a tal punto que sólo pensar en la separación produce un terrible cuadro de angustia y abstinencia, similar al experimentado al dejar cualquier droga o comportamiento compulsivo.
El adicto a sustancias no puede soportar el dolor y el vacío, entonces va detrás de la droga para que le cambie el estado de ánimo y lo calme. En la adicción a personas es “el otro” el que le cambia el estado de ánimo. La pareja se transforma en la razón de vivir.
La dependencia afectiva es el caldo de cultivo del maltrato doméstico. La persona adicta pone en riesgo su dignidad
¿Hay individuos que son más propensos a sufrirla?, ¿cuáles?
Las personalidades con baja autoestima, provenientes de hogares disfuncionales, con vivencias infantiles de sobreadaptación y desempeño de roles adultos para sobrevivir, más tarde buscan compensar aquellas carencias con las personas con quienes se vinculan emocionalmente en la vida adulta. Esto lo realizan convirtiéndose en “salvadores” de otros, a quienes intentan resolverles la vida, para luego exigirles una devolución por “todo lo que les dieron”; al no obtenerla, se colocan en el lugar de la víctima, hasta que se encuentran con otra persona “a quien salvar”.
Características
1) Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa
El dependiente afectivo pone a su relación por encima de todo.
Deja poco a poco sus aficiones e incluso a su familia, para estar más tiempo con su compañero
2) Voracidad afectiva
Si por el dependiente fuera, estaría el máximo tiempo disponible con la otra persona, y cuando esto no se consigue se compensa esta situación con otros medios de comunicación con los que hay también contacto.
3) Tendencia a la exclusividad en las relaciones
El dependiente quiere literalmente a su pareja para él solo: todo lo demás molesta, desde amigos hasta compañeros de trabajo, pasando por los hijos.
4) Idealización del compañero
En el dependiente emocional predomina una visión cargada de fantasía del otro, desprovista de objetividad.
5) Sumisión hacia la pareja
El trato hacia la pareja va a ser de subordinación, es decir, “de abajo a arriba”, como si alguien muy bajito se dirigiera a un gigante al cual necesita.
6) Pánico ante el abandono o el rechazo de la pareja
Las personas dependientes tienen verdadero terror a una ruptura y no por quedarse descolgadas en el plano económico o de cualquier otra forma, sino porque afectivamente lo encuentran devastador.
7) El “síndrome de abstinencia” tras la ruptura
Así como el adicto a las drogas, el dependiente al amor experimenta un conjunto de síntomas físicos o síndrome de abstinencia producto de la falta de la persona amada: ansiedad, pánico, tristeza, taquicardia, deambulación, dificultad para respirar, dolores de cabeza, sensación de vacío en la "boca del estómago", inquietud, inapetencia e insomnio son los más frecuentes.
En el síndrome de abstinencia lo que domina es el deseo de retomar la relación a cualquier precio, para no tener la sensación de pérdida o de desaparición definitiva.
8) Búsqueda de parejas con un perfil determinado
El tipo de persona que suele preferir el dependiente afectivo, es normalmente alguien engreído, distante afectivamente, egocéntrico, y a veces hostil, posesivo o conflictivo. También hay un perfil habitual y es de la persona con problemas, con un fondo importante de vulnerabilidad o fragilidad emocional con el que el dependiente se identifica.
9) Baja autoestima
Esta es una característica central: los dependientes afectivos son personas que no se quieren a sí mismas.
10) Miedo a la soledad
La soledad y el vacío les resultan intolerables.
11) Necesidad de agradar
Los dependientes necesitan agradar. Esto significa que su valor no se lo dan a sí mismos, sino que lo toman prestado del que reciben de los demás.
¿La recuperación? comienza por reconocer que la dependencia afectiva es una enfermedad progresiva que conduce a un deterioro físico y psíquico si no se la trata. Por ende, se debe pedir ayuda profesional, solo no se sale, al contrario se entra en un eterno círculo de dolor.
Amor significa: a: sin, mor: muerte. Sin muerte. Donde hay una pasión desmedida, necesidad, desprecio, manipulación, control, denigración, maltrato, no hay amor. Todas ellas son manifestaciones del miedo que es lo opuesto al amor.
Lic. Rita Giordano
picóloga MP 3490
Lic. Margarita González de Repetto
psicóloga MP 3286