El pasado 4 de julio ingresó a una clínica privada de Villa María un paciente que venía desde Leones con síntomas que hicieron que su médico, Hugo Gagliesi, sospechara de que se trataba de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) o “mal de los rastrojos”.

A partir de allí, comenzaron a realizarle estudios, entre ellos los de laboratorio, a cargo del bioquímico Pablo Gornitz, quien habló con EL DIARIO sobre el tema.

“Los primeros análisis arrojaron un resultado positivo, por lo que se decidió informar y enviar muestras a Epidemiología, que es una dependencia del Gobierno de Córdoba”. Fue entonces cuando, desde allí, se envió al Instituto Maiztegui, en Pergamino, Buenos Aires.

Se trata de un centro oficial que pertenece a la red de la Administración Nacional de Laboratorios y Institutos de Salud (ANLIS), dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. Este se ha dedicado específicamente al estudio de la Fiebre Hemorrágica Argentina desde la década de 1960. 

Así, “el caso fue denunciado a las autoridades de salud pública y está catalogado como caso probable”, explicó el bioquímico.

El estudio en el laboratorio local “se realizó por biología molecular y los resultados son muy exactos, de ahí que el primero fue positivo”, aduce Gornitz.

Ello quiere decir que se halló presencia del virus Junín, que es el que causa la FHA. 

De todos modos, el profesional agregó que “las técnicas confirmaron el diagnóstico, pero puede haber reacciones cruzadas, por lo que se debe hacer una segunda para comprobarlo en unos 30 días”.

Pablo Gornitz destacó que “el primer estudio fue realizado rápidamente, ya que el doctor Gagliesi tiene mucha experiencia y sus sospechas fueron confirmadas a tiempo. En estos casos, lo importante es el trabajo en equipo”.

Ese tiempo que se ganó en la detección fue determinante, ya que el paciente después de haber permanecido internado continúa el tratamiento de manera ambulatoria y evoluciona favorablemente.

Por lo tanto, “la clave de la supervivencia del paciente es el tiempo que lleva el diagnóstico y ahora ya se encuentra en Leones”, aclaró Gornitz. 

Cabe aclarar que no hubo otras personas que contrajeran junto al joven el virus. Dato interesante, ya que, aparentemente, el hecho ocurrió cuando había ido de caza a un campo de la zona de Leones con amigos.  

Además, otro punto fundamental es que el paciente no estaba vacunado.

Mientras se aguarda el tiempo para realizar el segundo análisis, el caso ya aparece como probable en el Sistema Nacional de Vigilancia de Laboratorio (Sivila).

 

Los síntomas y la prevención

La Fiebre Hemorrágica Argentina es causada por el virus Junín y afecta a una región del país que abarca las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa.

Este suele estar presente en algunas especies de roedores silvestres que presentan infecciones crónicas sin síntomas con eliminación del virus, particularmente por la saliva, que contagia a roedores sanos y contamina el medio ambiente, a partir del cual el hombre se infecta accidentalmente.

Según explican desde el Ministerio de Salud de la Nación, “es una enfermedad aguda que presenta cuadros clínicos de gravedad variable, desde formas leves a graves, caracterizadas por fiebre y alteraciones de la sangre, neurológicas, renales y cardiovasculares que, sin tratamiento, puede evolucionar hacia la muerte en un lapso de una a dos semanas”.

Se manifiesta con decaimiento, dolor de cabeza y fiebre moderada. Con su avance, se agregan dolores musculares y articulares, dolor retroocular, dolor abdominal, mareos, náuseas y vómitos. En caso de haber hemorragias, éstas se limitan a leves hemorragias nasales o en las encías. 

Los signos neurológicos son frecuentes con irritabilidad, somnolencia, temblores, etcétera.