A raíz del posible caso de Fiebre Hemorrágica Argentina detectado en una clínica local, creció el número de consultas en todos los centros de salud.
EL DIARIO habló con la infectóloga del Hospital Regional Pasteur para evacuar algunas dudas.
“En primer lugar, quiero dejar en claro que no hay un brote de Fiebre Hemorrágica, sólo se presentó un posible caso, por lo que aún no se considera confirmado”, comentó Graciela Ortega, aunque también reconoció que ésta siempre ha sido una zona endémica.
En este sentido, afirmó que “no hay que entrar en pánico porque no es conveniente pararse en ninguno de los extremos. La enfermedad no se ha erradicado del todo, pero tampoco estamos hablando de una epidemia”.
Recomienda que es preferible “estar alertas”. Es por ello que indicó que “hay vacunas disponibles en el Hospital Pasteur, siempre hay, pero recomendamos la colocación a aquellas personas que estén expuestas a contraer la enfermedad por su proximidad al lugar donde están las lauchitas”. Se trata de quienes tienen entre 18 y 60 años y por sus labores o vivienda permanecen en zonas rurales.
En cuanto a esto, aclaró que “el Hospital Pasteur es el único centro de salud de la provincia que cuenta con reservas de plasma de convalecientes y sueros para realizar el tratamiento si hubiera algún caso confirmado”.
Con convalecientes se refiere a personas que ya padecieron el virus y desarrollaron anticuerpos, de allí que se extraiga y conserven plasma y sueros, que es la parte líquida de la sangre, para el tratamiento de la enfermedad.
Las cifras de la enfermedad
De acuerdo a las estadísticas provistas por Epidemiología de la provincia de Córdoba, durante 2013 no hubo casos confirmados en toda la provincia.
“Sí puede que haya habido posibles casos, pero cuando después de algunos meses se les repiten los laboratorios se corrobora que no era Fiebre Hemorrágica Argentina”, explicó la médica.
En Villa María y Villa Nueva se registraron cinco posibles casos con síntomas que fueron tratados en 2009, mientras que en 2007 y 2008 no hubo ninguno.
Por su parte, Juan José Reale, médico veterinario y agente zonal del Ministerio de Agronomía de Córdoba, explicó algunos antecedentes de la presencia de la enfermedad en la región.
Relató que “al virus lo portan cierto tipo de roedores, pero afecta a los humanos cuando toman contacto con la saliva del animal, es decir que el contagio es accidental”.
Agregó que “el virus surgió en la zona de Junín, en Buenos Aires, de allí su nombre y luego se fue expandiendo hasta llegar a la provincia de Córdoba, o sea que abarcó toda la región Centro y en los primeros años provocó muchas muertes en la región”.
Vale recordar que el primer brote en la zona bonaerense ocurrió en 1958.
Aclaró que “en su momento la llegada de la epidemia se debió a la primera camada de herbicidas que eliminó a todas las especies que podían combatir a las ratas”.
En tanto, dijo que “el doctor Julio Maiztegui fue el primero en investigar los casos, por eso el instituto, donde ahora se trasladaron las muestras del paciente de Leones, lleva su nombre”.
Algunas de las recomendaciones que hacen desde el Ministerio de Salud de la Nación son: vacunarse a partir de los 15 años para quienes viven en lugares considerados de riesgo; realizar una higiene cuidadosa, principalmente en las manos y cambio de ropas, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores; no introducir tallos, hojas o granos en la boca; no acostarse sobre bolsas o en el suelo, comer y dormir en habitaciones limpias; usar calzado cerrado; mantener desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que las lauchas se acerquen a ella; disponer de lugares libres de maleza para los juegos de niños; no destruir la fauna de predadores de roedores: lechuzas, lechuzones, chimangos, etcétera.