Su hermano mellizo lo acompañó sentado en la última fila. El, tranquilo, contó todo lo que vio aquella noche. Y en el ambiente de la sala se coló el alto contraste entre el ayer y el hoy.
Federico Bordino (35), quien anotó la patente de la Fiat Fiorino en el que se movilizaron los autores del atentado, a los que incluso siguió varias cuadras en su moto, ya no es policía.
Cuando comenzó su relato, el presidente del tribunal le preguntó por su ocupación. “Policía”, respondió, pero luego debió aclarar que no está en actividad, porque “me cesantearon por estar en una reunión sindical el 28 de junio”, la registrada en el MarGut Bar de Villa María.
“Es una cesantía provisoria por decisión del gobernador (José Manuel) De la Sota”, agregó ante preguntas de los jueces.
Tras su testimonio, uno de los jueces quiso saber si “sus superiores o el Gobierno” lo felicitaron por su actitud en aquella noche de abril de 2008, cuando intentaron asesinar a Roganti.
“No”, fue su lacónica respuesta.
Luis Juez también hizo un planteo similar y el fiscal lo interrogó si recibió amenazas o llamadas telefónicas “raras” por su valiente relato, algo que Bordino descartó.
Federico está hoy sin trabajo.
Analía Lynch no ocultó su tristeza por su situación: “Gracias a él se pudo saber mucho, sin su participación creo que no sabríamos nada. Me parece injusto y nos da bronca que lo hayan separado de la fuerza”, expresó a este matutino.