Algunos miembros de la Cooperativa “Crecer juntos” recibieron a EL DIARIO en su nuevo lugar de trabajo y atención al público.
Hace unos 10 días se mudaron del local que alquilaban en una galería céntrica a una casa en calle Belgrano 173.
Silvina Jeréz, presidenta de la cooperativa, comentó que “ingresamos a aquel local por la necesidad de darnos a conocer, pero nos fue quedando chico” y agrega que “a la mudanza la hicimos con mucho sacrificio. El esposo de una de las colaboradoras, que no es miembro de la cooperativa, nos prestó su recibo de sueldo para sacar un crédito y poder pagar el traslado. Esas actitudes, ese compromiso, hacen que todos los días la cooperativa pueda seguir creciendo”.
En este sentido, suma una idea que hace a la esencia de “Crecer juntos”: “La cooperativa no sólo es un espacio de inclusión para los chicos con discapacidad, también es donde se ve el sentido de la responsabilidad y el compromiso con los demás”, explicó la presidenta.
Es con ese espíritu que lograron llegar a la nueva casa, que tiene mayores dimensiones y les permite desarrollar todos los servicios gráficos que ofrecen.
Jeréz relata que “no sólo es más grande el espacio y podemos trabajar con todas las máquinas de dimensiones importantes, sino que nos da más visibilidad y creemos que va a incrementar nuestro trabajo, ya que en la galería la gente no nos veía mucho; ahora esperamos que nos descubra”.
“Crecer juntos” dejó de ser sólo la revista. Esa aclaración responde a que en la locación de calle Belgrano poseen un local bien visible, donde ofrecen fotocopias e impresiones de volantes, folletos, vinilos, lonas, bolsas de friselina. Pero, además, suben la apuesta y se animan a incursionar en tarjetería, organización de eventos, personalización de cumpleaños, souvenirs. De hecho, cuentan con la colaboración de un fotógrafo.
“La idea es ir ampliando en actividades que sean de interés para las personas que se van integrando, que puedan capacitarse para tener un oficio y es por eso que queremos más visibilidad, porque no tiene sentido capacitarlos, si no van a obtener una ganancia de ello”.
Los chicos participan en todo, por eso formaron parte de un proyecto de capacitación a través de la Municipalidad para promover su función como microemprendedores.
“De todo lo que van ganando, van a hacer un aporte de capital a la cooperativa como asociados”, aclara Silvina.
Los proyectos siguen aflorando y es así que, a partir de una donación que van a recibir de Farmacity, van a incorporar serigrafía y ello les permitirá formarse en este nuevo rubro y ver cuál de los chicos aprende el oficio. A partir de allí, entonces, la idea es comenzar a ofrecer servicios de serigrafía y cartelería para negocios.
La presidenta y Estela Martínez, tesorera de la cooperativa, admiten que las ventas de la revista han mermado desde marzo, sobre todo en los dos últimos meses, y por eso necesitan incrementar los ingresos con otras tareas.
No reciben ninguna ayuda monetaria y tuvieron que realizar rifas y ventas de empanadas para poder costear lo que deben de nuevas máquinas (fotocopiadoras y computadoras).
Finalmente, Jeréz sumó otra idea: “Queremos explicarle a la gente que los 12 pesos que cuesta la revista es el sueldo de los chicos y el aporte que ellos hacen a la cooperativa para pagar la luz, el alquiler”.
Dos de los jóvenes que comercializan los ejemplares en el centro, Juan José Balmaceda y Javier Rubiolo, estuvieron presentes durante la visita de este medio y expusieron orgullosos su producto. Además, solicitaron que la gente les compre la revista cuando los ven en las calles y que no los traten con desinterés o “digan que ya la tienen”.