Cabe decir que la de ayer fue una jornada histórica, ya que por única vez en sus años de existencia la entidad suprema del fútbol local y regional eligió a su presidente mediante votación. Esa situación no se había registrado en anteriores oportunidades debido a que, como esta fue la primera ocasión en la que dos candidatos pugnaron por el sillón presidencial, la autoridad máxima había sido electa por consenso..

Pero antes de designar al nuevo mandamás de la LVF, la Asamblea General Extraordinaria trató otros temas importantes, con la intención de resolverlos previo a la elección y así evitar que alguna impugnación del acto eleccionario pudiera generar, producto de una resolución de la Inspección de Personería Jurídica de la Provincia, un vacio legal en la institución.

Específicamente, el primero de ellos fue la habilitación para que Juventud River Plate de Ausonia pudiera, o no, emitir su voto, referido a algunas dudas que se generaron en torno a lo que dice el estatuto de la institución. Algunas opiniones afirmaron que la “Juve” no se encontraba en condiciones de hacerlo, dado que no está haciendo fútbol en este momento, mientras que otras afirmaban que si debía votar porque el club seguía pagando la cuota para mantener su afiliación en el Consejo Federal.

Luego de varios minutos de discusión se plantearon dos mociones para definir la cuestión, resultado vencedora, por 9 votos a 7, la moción que sugería que Juventud participara del sufragio.

Resuelta esa cuestión, se pasó a uno de los puntos que más confrontaciones generó entre los asambleístas. La cuestión era decidir qué hacer en caso de que Carlos Airaldi no reuniera la mayoría calificada (dos tercios de los votos) que necesitaba para ser reelecto en el cargo. Algunos, los adeptos a Airaldi, propusieron que si su candidato no alcanzaba los doce votos necesarios para la relección, la cuestión se decidiera en una segunda vuelta con mayoría simple. Otros, los identificados con Martínez, sugirieron basados en el estatuto que si Airaldi no llegaba a la mayoría calificada, inmediatamente Martínez fuera proclamado como presidente.

Planteadas ambas visiones, se desarrolló una nueva votación en la que por 9 votos a 8 se dejó establecida la postura de los aliados a Claudio Martínez.

Ya sin nada previo para resolver se pasó a lo más importante de la asamblea, elegir de una vez por todas a quien va a conducir durante los próximos tres años las riendas de la LVF.

Así, los asambleístas de cada club fueron ingresando de a uno al cuarto oscuro para elegir su voto, introducirlo en un sobre y luego colocarlo en una urna. Posteriormente la escribana a cargo de la asamblea realizó el escrutinio y recuento de los votos, que arrojaron una victoria de Claudio Martínez por 9 votos contra 8 que alcanzó Airaldi, lo que generó sorpresa en algunos y alegría en otros, como siempre sucede cada vez que hay pugna por el poder.

Más allá de esos sentimientos encontrados, el aplauso fue general para el presidente electo y ambos candidatos se estrecharon en un fuerte abrazo final.

Ganó Martínez, terminó el ciclo Airaldi, pero de ahora en adelante lo más importante será que la Liga Villamariense siga enriqueciendo su historia, dejando de lado intereses particulares y empujando todos para el mismo lado.

 

Dispuesto a colaborar

Una vez proclamada la presidencia de Claudio Martínez, el primero en tomar la palabra ante los demás asambleístas fue el presidente saliente, Carlos Airaldi, quien no dudó a la hora de afirmar que “este ha sido un paso importante en mi vida. En mí no queda ningún resentimiento, esto fue hecho con toda libertad. La sensación era que se quería un cambio y aquí está resuelto”.

“Espero ser útil, si en algún momento me necesitan siempre estaré a disposición de la LVF, algo que con el paso del tiempo uno empieza a querer y a sentir. Estoy dispuesto a colaborar en lo que necesiten y en el momento que lo crean conveniente”, aseguró.

 

El compromiso de todos

Del otro lado, en diálogo exclusivo con este matutino, Martínez manifestó que “uno se siente alagado por el compromiso que han tenido los clubes que me han votado, que lo expresaron públicamente en un principio y después a través del voto”. 

“Uno solo no lleva el trabajo adelante. Simplemente quiero el compromiso de todos los clubes, porque ellos son los dueños de la LVF y para el beneficio del fútbol necesitamos del esfuerzo de todos”, remarcó. (En la edición de mañana, más declaraciones de los protagonistas)