Escaparle al fragor cotidiano, tener instantes de relajación, aplacar el estrés que genera la rutina son, básicamente, las razones que hacen que cada vez más personas se inclinan al yoga.
La disciplina tiene cada vez más adeptos en la ciudad, según revelaron los instructores consultados por EL DIARIO.
“La mayoría viene y te dice: ‘Necesito algo para tranquilizarme’”, así de simple y concreto explica el instructor de yoga Adrián Molina las razones por las cuales muchas personas decide empezar a experimentar con esta actividad.
“Llegan porque están buscando algo que les de tranquilidad y paz, pero también por recomendación médica, porque ahora los médicos están recomendando mucho hacer yoga”, amplía Néstor Raúl De Gennaro, instructor de yoga, tai chi y reiki.
Ambos coinciden que el número de gente que se inicia o que, al menos, se interesa y consulta ha aumentado en los últimos años.
Al respecto, De Gennaro justifica que “con el transcurso del tiempo hay un mayor auge de estas actividades y la cantidad de gente que lo practica también va creciendo, porque la gente va buscando terapias, formas o prácticas alternativas para estar mejor o tener momentos de relajación”.
El estrés es el principal motivo que empuja a una persona al yoga. “Casi todos vienen porque tienen la idea de que con esto van a bajar su nivel de estrés”, dice Molina, y detalla de qué manera el yoga logra esto: “Sirve para eso porque enseña, principalmente, a enfocarse. El estrés se produce cuando yo estoy haciendo algo ahora, pero estoy pensando en el resultado, es decir mi mente está en otro tiempo diferente al que está mi cuerpo. O, en algunos casos, atado al pasado. Ese es el principio del estrés. Cuando aprendo a enfocarme en lo que hago y a pensar sólo en ese momento, el nivel de estrés baja automáticamente”.
De Gennaro considera el yoga como un arma importante para combatir el estrés, porque “son técnicas de relajación que trabajan la parte psicofísica del cuerpo, y la vida diaria conduce a un estado de estrés por el que uno se contractura o se dificulta la respiración, y estas técnicas están diseñadas para lo contrario”.
No tiene que pasar mucho tiempo una persona yendo a clases de yoga para empezar a sentir sus beneficios. “Se puede empezar a sentir un cambio importante en un mes, pero muchos en la primera clase se sorprenden”, asegura De Gennaro, y justifica: “En poco tiempo ya logran contactarse con su propio cuerpo, porque hay personas que no tienen mucha conciencia con él, y ahí ya notan cambios”.
Molina también define como “sorpresa” la primera impresión que se llevan, “porque muchos vienen con ideas o mitos, cosas que no son reales sobre el yoga, y cuando lo practican, se llevan una sorpresa para bien”.
De todas formas, la efectividad de esta disciplina “depende mucho de la predisposición y del entendimiento que la persona tenga sobre la filosofía y demás para que sienta los resultados más rápido”, confía Molina.
“Yoga significa unión, es la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Entonces cuando la persona entiende el concepto de que lo que le hace a su mente lo va a sentir su cuerpo y lo que le hace a su cuerpo lo va a sentir su mente y su espíritu, recién al entender eso está haciendo yoga”, grafica.
Por último, dice que “la mayoría de la gente, salvo los que ya han practicado, confunden o no saben lo que es el yoga. Piensan que es una gimnasia, y el yoga es una filosofía práctica”.