Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado”
“Amar demasiado no significa amar a demasiados hombres ni enamorarse con demasiada frecuencia, sino obsesionarse con un hombre y llamar a esa obsesión amor”. (Robin Norwood, autora del libro: Las mujeres que aman demasiado) Nadie se convierte en una mujer así (que ama demasiado), por casualidad. Entre otras características típicas, la mujer que ama demasiado proviene de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales.
Puede haber tenido un padre incapaz de expresar amor, calidez o aprobación, emocional o físicamente distante, quizás adicto al trabajo o sustancia. Al haber recibido poco afecto, trata de compensar indirectamente esa necesidad insatisfecha proporcionando afecto, especialmente a hombres que parecen, de alguna manera, necesitados. Una mujer que ama demasiado se ve atraída por personas que tienen problemas por resolver, o involucradas en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, y así evitan concentrarse en su responsabilidad para consigo misma. Incluso es posible que tenga tendencia a episodios depresivos que intenta prevenir por medio de la excitación que le proporciona una relación inestable. Al desarrollar relaciones caóticas pero estimulantes, que las distraen, están demasiado excitadas para hundirse en la depresión y el vacío existencial que está latente por debajo del nivel de la conciencia. Por otro lado, las mujeres que aman demasiado suelen ser muy serias y responsables, grandes emprendedoras, con éxito en muchas áreas de su vida, pero no obstante tienen muy poco amor propio. La realización de sus objetivos académicos y laborales no basta para equilibrar el fracaso personal que soportan en sus relaciones de pareja. Sus herramientas de autoprotección son: el mecanismo de defensa de la negación, y una poderosa motivación subconsciente: el control. La negación resulta útil para ignorar la información con la que no desean tratar. Las mujeres que aman demasiado dedican sus energías a cambiar la conducta o los sentimientos de la otra persona hacia ellas, mediante actitudes manipuladoras.
Características emocionales de la mujer que ama demasiado
* Sufre continua e intensamente con su hombre cuyo amor “necesita para vivir”; amor del que cada vez obtiene menos migajas y por el que cada vez paga un precio más alto. Sabe que eso la está matando pero siente que no puede evitarlo.
*En general, a la mujer que ama demasiado no le atraen hombres sanos, dispuestos a una relación estable. Le parecen aburridos.
*Nada le parece demasiado esfuerzo si cree que ello puede ayudar a su hombre. Emplea tiempo y energías diseñando estrategias para promover cambios en su pareja. Esperar que el otro cambie, en realidad es más cómodo que cambiar ella misma.
*Con mucha frecuencia asume las mayores responsabilidades en la relación.
Considera que depende de ella que el vínculo funcione bien y es propensa a cargar con culpas y reproches.
*Su amor propio es bajo, por ello “queda pegada” a lo que no funciona ni la hace feliz. La mujer que ama demasiado no se siente merecedora de ser querida y respetada.
*Necesita controlar a su hombre y su relación, pero lo disimula bajo la apariencia de ser “útil”.
El sentirse útil es una manera de protegerse del pánico que surge al estar a merced del otro. Además, la mujer que ama demasiado considera que para ser querida tiene que “hacer”, no concibe la idea de ser amada por lo que simplemente es.
*Está mucho más en contacto con su sueño que con la realidad.
Son vínculos cargados de idealización, de obsesión, donde el hombre que tanta infelicidad causa, se convierte en lo que está segura que podrá llegar a ser con su ayuda.
*Cuando todavía ignora que está afectada de esta enfermedad emocional, se siente muy desgraciada. No entiende “por qué tiene tan mala suerte con las parejas”.
Cada mujer que ama demasiado, se autoengaña, se dice que su problema no es tan grave. Darse cuenta de que es víctima, empezar a buscar lo que es bueno para ella, recorrer el camino hacia la recuperación es todo un desafío.
Lo que sí es seguro es que si elige recuperarse, dejará de ser una mujer que sufre por amor, para pasar a ser una mujer que se ama lo suficiente como para detener el dolor.
Licenciada
Rita Giordano
psicóloga (MP 3490)
Licenciada Margarita
González de Repetto
psicóloga (MP 3286)