Un nuevo hecho de violencia policial es denunciado por una vecina de esta ciudad en los Tribunales locales y en los medios de prensa.
A continuación, transcribimos textualmente una carta que acercó a la Redacción de este matutino quien asegura haber sido víctima de maltrato y abuso de autoridad.
La carta
“Señor fiscal, señor policía, señor juez:
¿Quién mira lo que pasa en los procedimientos de allanamientos? Paso a contar que el pasado viernes 1 de agosto viví el peor atropello que puede vivir una mujer. Cuando eran las 7 de la mañana me dieron aviso de que estaban los policías de Investigaciones en la casa de mis abuelos, Enrique Mercado y Blanca Zabala, en la calle Gorriti y Entre Ríos, en el barrio San Martín.
Cuando llegué, tenían a mi abuela, de 72 años, afuera, con el frío que hacía. Cuando quise pasar a la cocina de la casa me dijeron que pasara. Cuando ingresé veo que tenían a mi hermano David Figueroa en el baño, esposado en el piso. Un policía le pisaba la cabeza con uno de sus pies y otro le pisaba la espalda, cuando él nunca se resistió a ser apresado.
En el momento que vi eso me paré enfrente y les dije que mi hermano no era un asesino para que lo tuvieran así, a los golpes, como lo tenían. En ese momento me agarraron de los pelos, me tumbaron al piso y así me arrastraron hasta la cocina de la casa. Me esposaron, me pegaron, me insultaron y tuve que llegar a decir que estaba embarazada para que dejaran de pegarme.
Pasados unos minutos de que se llevaran a mi hermano Hernán detenido, entré a la cocina y el policía Hernán Giuciano me apuntó con el dedo en la cara y me dijo que era una hija de p... y que me iba a arrepentir de estar ahí. Me llevaron detenida por supuesto desacato a la autoridad, cosa que no ocurrió, fue horroroso lo que viví, lo que pasé. Me tuvieron detenida hasta las 10 de la noche.
¿Cómo puede ser que gente que lleva un uniforme de policía haga lo que hizo? Ellos están para hacer cumplir la ley, no para romperla. Me parece que con esa violencia incurren en abuso de autoridad. Y como dice la misma Policía que hay que denunciar estos hechos, yo cumplí, haciendo la denuncia y también escribiendo esta humilde carta para que los fiscales, los policías y los jueces no cierren los ojos ante lo que pasa en los barrios humildes con los procedimientos y allanamientos. Y se den cuenta de que muchos de los policías que ejercen el trabajo de ser policías son peores que los delincuentes que hay.
Con esta nota quiero hacer saber las cosas negras que pasan y que muchos jueces, fiscales y jefes de la Policía lo saben.
Espero que estas cosas no sigan pasando. La violencia no nos lleva a nada”.
Romina Mercado
Esperando justicia
La autora de esta carta, quien reconoce a los dos violentos policías como Juan Franco Rodríguez y Hernán Giusiano, formuló la denuncia de lo ocurrido ante la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza.
Es de esperar ahora que el funcionario judicial investigue y, si hay responsabilidad policial, actúe en consecuencia, para mejorar la calidad de la Justicia en Villa María.
Cabe consignar que el episodio denunciado tiene lugar en el marco de una suerte de desencuentro entre las fuerzas policiales, que dependen del Ministerio de Seguridad de la provincia de Córdoba (dependencia del Gobierno delasotista), y el Ejecutivo local, alineado con el proyecto nacional.
Y en el medio, el ciudadano común.